El plantel de Colón completaba este viernes su tercera semana de trabajo en el predio 4 de Junio, en medio de un clima espeso generado por el atraso salarial. Las tareas son livianas y divididas en grupos, mientras se intenta transitar un cierre de año marcado por la decepción tras la floja campaña en la Primera Nacional.
La prioridad pasa por evitar lesiones que puedan derivar en renovaciones contractuales no previstas, mientras el cuerpo técnico de Ezequiel Medrán ajusta rutinas con bajo nivel de exigencia. El grupo tendrá fin de semana libre y volverá a los entrenamientos el lunes, donde los futbolistas esperan novedades concretas sobre los pagos.
Los jugadores con contratos más altos son los que más demoras acumulan, lo que incrementa el malestar interno y refleja un panorama económico complejo. En paralelo, la dirigencia intenta tapar agujeros financieros tras un 2025 para el olvido, con resultados lejos de las expectativas y elecciones institucionales cada vez más cerca. La merma de ingresos y la demora de Platense en pagar el pase de Leonel Picco derivó en este desajuste.
El presente sabalero combina incertidumbre, malestar y una sensación de desgaste general que el club busca contener mientras define su futuro inmediato.