Cristina Kirchner instruyó a Débora Giorgi para que negocie con Brasil sólo si suspende temporalmente las trabas en su frontera, que impuso esta semana al ingreso de vehículos y autopartes argentinas, y además discutir “punto por punto” los inconvenientes que sufren distintos productos nacionales para ingresar al vecino país. Luego de un breve diálogo telefónico, el ministro de Desarrollo, Fernando Pimentel, le prometió anteanoche a su par argentina, Débora Giorgi, que contestaría mañana si acepta las condiciones de trasladar la reunión de Brasilia a Foz de Iguazú y de suspender transitoriamente las licencias no automáticas (LNA).
“Vamos a discutir punto por punto, porque si ellos tienen cosas para quejarse, nosotros también”, argumentaron desde el ministerio de Giorgi. “Primero, claro, si aceptan levantar por lo menos por 15 días las trabas”, añadieron. De esta forma, de concretarse el encuentro, ambos funcionarios llevarían un menú de reclamos.
La prensa de Brasil insistió ayer en que Giorgi había aceptado debatir “la apertura del mercado argentino para algunos productos brasileños”. En Industria, negaron que esa promesa se haya deslizado en los 15 minutos de charla telefónica, pero admitieron que irán a negociar sin “ceder”.
Hace meses que los empresarios paulistas, englobados en la poderosa Fiesp, se quejan por supuestas demoras en el ingreso de sus envíos a la Argentina.
Lo último que repercutió en la prensa brasileña fue el malestar del sector de golosinas por la lentitud en el otorgamiento de autorizaciones sanitarias. Es más, en algunos medios del más importante socio comercial del Mercosur, circula la versión de que un cargamento de huevos de Pascua aún está detenido en la frontera.
Los 600 artículos brasileños que requieren LNA, sumados a la suspensión de la importación de maquinaria agrícola, serían otro de los puntos que llevaría a la mesa Pimentel.
“Pimentel está actuando así por el fuerte lobby de los industriales paulistas”, reflexionan en Industria. Con esto argumentan no sólo el tenor de la medida, sino la velocidad en aplicarla, que sorprendió a las filiales argentinas de las automotrices en la frontera, como General Motors, Mercedez Benz y Toyota.
Un ejecutivo de una de ellas admitió que se enteraron cuando no les permitieron nacionalizar 86 vehículos. Pero también las trabas desconcertaron a los importadores brasileños (ver aparte).
El objetivo argetino es lograr que el gobierno de Dilma suspenda las restricciones, que pegaron en el corazón del modelo productivo K: el 80% de los vehículos fabricados en el país y el 65% de las autopartes se destinan a Brasil; y se juegan unos US$ 7 mil millones, según estimaciones de la consultora abeceb.com.
“Si esto no se soluciona en el corto plazo, vamos a tener que parar la producción”, alertaron ayer desde unas de las automotrices que aún no fue afectada. No obstante, la misma fuente reconoció que aún no debatieron cuándo se cumpliría el plazo para detener el montaje. “Esperemos que prime la cordura”, se limitó a pronosticar. "En algunos casos, privilegiamos a Brasil por encima de China porque lo consideramos un socio estratégico”, disparan dese Industria para minimizar las críticas paulistas.
Con una eventual “primera victoria”, la suspensión de las LNA que despertaron la polémica bilateral, Giorgi pretende devolver con la misma moneda: llevar a la mesa una serie de reclamos argentinos para intentar debatir en igualdad de condiciones. Entre ellos, figuran en la lista, la amenaza para el ingreso de aceite de oliva; la aplicación del sello fiscal a bebidas alcohólicas, que genera mayores costos; el antidumping a la vajilla de vidrio argentina; obstáculos a comercialización de la línea blanca nacional en retailers brasileños y el cierre de la frontera a los cítricos.
Mañana se sabrá si Brasil acepta debatir.
Coreanos y chinos apoyaron a Dilma
No sólo el Gobierno argentino se quejó de las medidas adoptadas por Brasilia la semana pasada. La Asociación Brasileña de Empresas Importadoras de Vehículos Automotores (Abeiva), que aglutina a los representantes de marcas de autos internacionales sin fábrica en Brasil (como la coreana Kia y las chinas JAC y Chery), difundió un documento criticando la decisión del gobierno brasileño de imponer barreras a las importaciones de vehículos. Según el documento, “la entidad está de acuerdo con la decisión del gobierno brasileño de aplicar un sistema de liberación no automática de los vehículos provenientes de la Argentina, ante el hecho de que el país vecino (la Argentina) adoptó medidas proteccionistas contra productos brasileños, violando acuerdos bilaterales, pero no está de acuerdo con la extensión de esas medidas a vehículos provenientes de otros países”.
Según los datos de Abeiva, las empresas asociadas a la entidad importaron en los primeros cuatro meses de este año 51.698 unidades, lo que representa apenas 4,92% del mercado total interno de vehículos y 21,15% del total de vehículos importados.
Los otros 79,85% fueron importados por las ensambladoras instaladas en el país, “siendo la gran mayoría a través de acuerdos bilaterales con exención del impuesto a la importación”, dice el texto del documento.
Por ahora, las terminales con sede en Brasil, que se verían perjudicadas para ingresar vehículos argentinos, no se han pronunciado respecto de la medida de Dilma Rousseff.
Hoy - Conflicto con el principal socio
Domingo 15 de Mayo de 2011 - 00:36 hs
La Argentina pidió una tregua a Brasil para negociar trabas de ambos lados
Mañana, el ministro de industria brasileño responderá si acepta reunirse con su par argentina en "espacio neutral". La prensa de ese país afirmó que Giorgi cedió.
Fuente: Perfil