Australia atraviesa horas de profunda conmoción tras el tiroteo ocurrido en el Parque Archer, junto a la playa de Bondi, en Sídney, durante una celebración por el inicio de la festividad judía de Janucá.
El ataque, que se produjo cerca de las 18.47 del domingo, dejó un saldo de al menos 16 personas muertas y más de 40 heridas, entre ellas varios niños y dos agentes policiales. El Gobierno australiano y la Policía de Nueva Gales del Sur coincidieron en calificar el hecho como un ataque terrorista dirigido contra la comunidad judía.
La investigación continúa bajo un fuerte hermetismo. Se confirmó que los autores fueron un padre y su hijo: el primero fue abatido por la policía a los pocos minutos del inicio del ataque y el segundo permanece internado en grave estado y bajo custodia policial. El tiroteo se produjo en un sector específico del parque donde se desarrollaba la celebración religiosa, mientras que en la playa y el agua había miles de personas que, en un primer momento, confundieron los disparos con fuegos artificiales.
“Realmente en este momento no se habla de otra cosa, todos los medios están transmitiendo casi 24 horas”, relató desde Australia la periodista argentina Cintia Zapata. “Hay mucha investigación en curso todavía, hay mucho hermetismo de la policía en cuanto a de dónde provienen estos atacantes, si han actuado solos, si pertenecen a alguna organización”, explicó.
Zapata confirmó que desde el inicio el hecho fue definido como terrorismo. “Aquí el Gobierno australiano desde las primeras horas lo calificó como un ataque terrorista antisemita porque realmente apuntó a la comunidad judía que estaba celebrando el primer día de Hanukkah”, señaló, y remarcó que los disparos se dirigieron “exactamente hacia ese lugar”, y no hacia la gente que estaba en la playa.
Sobre los atacantes, precisó: “Se trata de un padre y un hijo, el padre fue abatido en el tiroteo y el hijo permanece internado en una situación delicada”. En ese sentido, detalló que el joven “todavía está grave en el hospital, ya ha sido operado, pero se estima que todavía necesita otra cirugía”.
La periodista también aportó datos sobre los allanamientos posteriores. “Fue directamente un allanamiento en la casa de ellos, porque se encontró la licencia de conducir de uno en uno de los autos que estaba estacionado en las cercanías de la playa”, explicó. Y agregó: “Este hombre tenía licencia de portación para seis armas diferentes, y las seis armas las tenía en el momento del ataque”.
Uno de los episodios más impactantes fue la intervención de un civil que intentó frenar al tirador. “Aquí se lo considera realmente un héroe”, afirmó Zapata. “Era un comerciante de la zona que decidió actuar por su cuenta e intentar frenar el ataque”. Según relató, el hombre sabía el riesgo que corría: “Le comentó a su primo que sabía que quizás podía morir, pero que iba a tratar de salvar vidas”.
Ese comerciante logró desarmar al atacante, aunque resultó herido. “Se encuentra en el hospital en este momento, pero está estable, está fuera de peligro”, indicó. Y aclaró: “El padre de esa manera queda desarmado y retrocede hacia el puente donde estaba el hijo, y ahí han pasado solo dos minutos en el que el padre tomó otra de las armas, pero fue abatido por la policía”.
El saldo de víctimas incluye personas de distintas edades. “Lamentablemente ha muerto una niña de 10 años, esa es la única víctima menor de edad fatal, pero sí hay 4 niños más heridos en el hospital”, confirmó Zapata. También señaló que falleció “un rabino muy importante para la comunidad judía aquí en Australia” y “un ciudadano francés”, mientras muchas familias aún intentan localizar a sus allegados en los distintos centros médicos.
Consultada sobre el impacto histórico del hecho, fue contundente: “Hace aproximadamente 30 años que no pasaba una masacre similar y nunca relacionada con odio hacia la comunidad judía”. Y agregó que, tras el inicio de la guerra en Medio Oriente en 2023, “se comenzaban a ver algunos indicios de odio, de racismo, nunca de esta magnitud”.
Finalmente, advirtió sobre el clima que se vive en el país. “Los judíos que han venido a vivir aquí consideraban que Australia era el mejor país para poder vivir tranquilos y que no fueran perseguidos, y ellos mismos comenzaron a decir que ya ni siquiera Australia es un país en donde ellos se pueden sentir seguros”. Un ataque que quebró una sensación de distancia frente al terrorismo y puso a Australia en alerta máxima.