Desde que llegó al hospital Cullen, e incluso mientras estuvo internada en Brasil, los médicos lo advertían: Bernarda Massolo es una paciente con riesgo de vida. Es la joven de 20 años que fue quemada por su pareja en el país vecino.
Sin embargo, su familia conserva la confianza en su recuperación desde el día 1: “sabíamos que no se iba a rendir y que iba a salir airosa y evolucionando rápidamente”, dice su tía, Cintia, por LT10.
“Aparte, acá está recontra bien atendida. Imaginate que en cuatro o tres días le sacaron el respirador”, celebra, agradecida con la labor de los médicos del nosocomio capitalino.
En cuanto al estado de salud actual de su sobrina, cuenta: “mañana la sacarían de terapia intensiva, así que estamos re felices”; aunque aclara: “está en ese proceso por el que tienen que estar todo el tiempo limpiándole las quemaduras, que es muy doloroso”.
De hecho, el principal motivo de riesgo para la paciente es la posibilidad de que puedan ingresar bacterias a su cuerpo a través de la piel lesionada. Pero Cintia se mantiene esperanzada: “nunca agarró una infección intrahospitalaria, sus órganos funcionan bien y no tiene secuelas del paro cardiorrespiratorio [que tuvo en Brasil, poco antes de ser trasladada]”.
Y esa esperanza, dice, tiene que ver fundamentalmente con la personalidad de Bernarda. “Nosotras –por ella y su hermana, Tania, la madre de la joven- desde esa noche que leímos la noticia en Facebook de que tenía un 60% del cuerpo quemado, igualmente nunca nos imaginamos un desenlace malo para Bernarda. Es una nena muy positiva, su mentalidad es muy positiva, tiene unos valores… es muy solidaria”.
De hecho, sus primeras palabras apenas salida del coma también invitaron a su familia a tener fe. “Se despertó el jueves, y habló con Tania. Le dijo: ‘mami, te amo’. Mi hermana le dijo ‘no te rindas’ y ella le contestó: ‘mamá, yo voy a seguir luchando’”.