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El temor a una recesión en Europa y los Estados Unidos golpea con más fuerza al petróleo que a los alimentos y eso, en medio de la incertidumbre sobre los efectos de la crisis, es una buena noticia para la Argentina, que se convirtió en importadora de combustible y concentra el grueso de sus exportaciones en la soja y sus derivados.

Ayer, los mercados financieros recuperaron parte de lo perdido en la víspera en un furioso rally luego del discurso del presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, en el que prometió mantener bajas las tasas de interés hasta mediados de 2013. Sus palabras revirtieron las pérdidas en Wall Street (el Dow Jones escaló 4%) y en la Bolsa local (el Merval ganó 4,6%).

En ese contexto, la soja terminó con una leve pérdida del 0,8%, en u$s 477,6 la tonelada. Se trata del valor más bajo en cinco meses, desde la caída de precios que prosiguió al terremoto en Japón. El maíz y el trigo finalizaron con ganancias de 0,38% y 1,26%, respectivamente. Del otro lado, el petróleo cayó 2,5% y perforó la barrera de los u$s 80 por barril, hasta los u$s 79,3.

El Gobierno admitió en estos días que el contagio de la crisis puede ocurrir por el canal comercial. Con un petróleo por encima de los 100 dólares, la Argentina duplicó sus importaciones de combustibles en el primer semestre respecto del año pasado, hasta los u$s 4.254 millones, mientras que las exportaciones crecen a ritmo menor y se estancaron en julio, según datos de la AFIP.

“El precio del petróleo es mucho más sensible a la economía estadounidense que el precio de la soja”, explicó la economista del estudio Bein Marina Dal Poggetto. “Los alimentos tienen una sensibilidad menor, salvo en algún momento de disrupción sistémica o de temor a una crisis sistémica, como ocurrió en 2008”, continuó.

Para Ricardo Delgado, director de Analytica, “los alimentos son los commodities más estables, a diferencia del petróleo que tiene una volatilidad más alta”. De todos modos, el analista descarta que la soja vuelva a los u$s 500 por tonelada que transitó en el primer semestre. “No veo a la soja a 200 dólares, pero va a ser difícil que vuelva a superar los u$s 500. Esta tormenta financiera genera algo más profundo; el mundo se dirige a una contracción”, afirmó.

El Gobierno, en tanto, desplegó ayer un raid mediático para demostrar que sigue de cerca la crisis. El ministro de Agricultura, Julián Domínguez, intentó despejar dudas sobre la volatilidad de los precios de las exportaciones. “La posición de Argentina y Brasil como potencias mundiales en la producción de granos, sumado a que nuestra economía cuenta con superávits gemelos en materia comercial y fiscal, permite que tengamos solidez económica frente a la crisis internacional”, dijo.

El ministro de Economía, Amado Boudou, remarcó que el dólar permanecerá estable. Ayer, el Banco Central vendió unos u$s 75 millones para planchar la divisa en $ 4,185 en el segmento minorista. El lunes se había desprendido de u$s 240 millones. La orden, claro, es que la divisa estadounidense debe permanecer prácticamente sin cambios hasta el domingo, día de las elecciones primarias.

El director del Banco Nación y presidente de AEDA Matías Kulfas afirmó que “es difícil que no afecte” un escenario de crisis internacional, pero destacó que “hay fortalezas y experiencia (por la crisis de 2008) para pilotear la situación con daño acotado”. Y puso énfasis