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Cristina Fernández y Amado Boudou subieron al palco montado en el escenario del teatro Coliseo apenas pasadas las 19. Primero habló el ministro de Economía y tras un encendido discurso de Boudou, tomó la posta la presidenta argentina.

Agradeció por el día y pidió que Dios bendiga a todos los argentinos. "Si ese pingüino nos está escuchando desde algún lugar, y estoy segura de eso, debe estar más tranquilo tras escuchar a Amado, absolutamente", comenzó su alocución.

La jefa del Estado fue la oradora central del acto de cierre de la campaña electoral del Frente para la Victoria, cuyas listas encabeza como candidata a la reelección, en el teatro Coliseo de la capital, ante miles de dirigentes y militantes que colmaron la sala y las calles adyacentes.

Luego la presidenta contó: "Me siento en un momento muy particular de mi vida, en este Coliseo que me trae muchos recuerdos. El, en abril de 2003, se preparaba para el período de gobierno. Si uno recorre estos 8 años, uno siente que saca fuerzas de donde no hay porque está acompañada por millones de argentinos".

"Cuenten conmigo para lo que resta hacer en esta Argentina", arengó Cristina antes de que atronaran los cánticos de la barra. "Profundizar las políticas de inclusión", remarcó. "Acá hay algo más que política, este proyecto tiene valores. El valor de la igualdad, que es una demanda que recorre el mundo", dijo la primera mandataria.

"El mundo va a cambiar me dijo Boudou en el 2008. Y esto ha sido así, hoy lo vemos. Lo que se ha derrumbado es que no se puede vivir una vida a plazo fijo, sin sueños ni ilusiones. Sin la alegría de saber que podemos progresar. Este es un modelo de profundos valores, que rescató a la familia que se había destruido", siguió Cristina.

"Mucha gente piensa que los gobiernos no los representan, y él supo reconstituir la confianza del pueblo en sus gobernantes". "Sobre esto tenemos que seguir trabajando", dijo y enumeró a trabajadores, jubilados y mujeres.

"Me gustaría ser la presidenta de la unidad de todos los argentinos", sostuvo. "Estamos en un momento único e irrepetible porque nosotros lo costruimos. Hemos podido construir paradigmas diferentes que le han servido a la Argentina", manifestó.

"Hace 8 años yo no estuve aquí. El fue el único hombre que lograba ponerme nerviosa", dijo y contó una intimidad de su relación con Néstor Kirchner. A quien recordó con emoción y dijo que “a él le estalló el pecho de tanto cuidarme y quererme”, y señaló que cuando un pueblo vota a un hombre o a una mujer “es necesario hacer honor a eso y estar a la altura de los acontecimientos”.

“Hay que pensar en grande. Estamos ante un momento único e irrepetible de la historia porque la oportunidad es impresionante. Con nuestro propio proyecto, que no pretendemos patentar o imponer, debemos construir un país diferente. Nuestros paradigmas son diferentes y mejoraron la calidad de vida”, aseguró la presidenta.

"No tenemos que ser soberbios tenemos que ser humildes, los votos se cuentan después de las 6 de la tarde. Tenemos que ser muy humildes", sostuvo Cristina. "Les pido a los argentinos que no depongamos nuestras ideas pero no al mensaje de odio, al de asustar a la gente", pidió.

Cristina cerró su arenga ya con la voz ronca: "Acá estamos para sostener lo que hemos construido, que es de todos los 40 millones de argentinos".