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Cristina Fernández de Kirchner no viajará sola a Roma para ver cara a cara a Jorge Bergoglio en su asunción como el primer Papa argentino el próximo martes. Una nutrida comitiva oficial, con representantes de los tres poderes, la acompañará al Vaticano. En medio de la avanzada oficial por la democratización de la Justicia, uno de los elegidos tomó con cierta sorpresa el llamado con la invitación del secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli: el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti.

Con el indisimulado malestar que causó en el seno kirchnerista el resultado del cónclave papal, por la histórica mala relación entre el cardenal porteño y el matrimonio Kirchner, el primer viaje de Bergoglio como Sumo Pontífice al país ya amenaza con convertirse en un nuevo disgusto para la Casa Rosada. A la confirmación oficial de que regresará a la Argentina, las dos fechas posibles para el arribo de Francisco son sensibles en un año electoral. Podría ser julio, cuando se realice en Río de Janeiro la Jornada Mundial de la Juventud entre el 23 y el 28. El 12 de ese mes, según el calendario electoral, arranca la campaña de las PASO.

El otro momento del año que el regreso papal podría incomodar aún más al oficialismo es septiembre, para la beatificación del Cura Brochero, fijada por su antecesor Benedicto XVI, con un acto que podría realizarse en Córdoba, provincia natal del futuro beato. El 22 comienza el tramo final de los comicios, con la campaña de las generales.

A pesar de los cortocircuitos, la Presidenta no quiso evitar el momento histórico de la asunción del primer Santo Padre no europeo. Sin embargo, luego de la tibia felicitación por escrito y con algunas palabras en un acto en Tecnópolis, horas después de que el humo blanco saliera de la chimenea del Vaticano, la Presidenta no tocó el tema ayer desde el escenario en Avellaneda, donde inauguró la nueva sede de la Universidad local.

Además de Lorenzetti, hay otro integrante de la comitiva oficial que no lleva el ADN K: el diputado radical Ricardo Alfonsín. No obstante, el ex candidato presidencial le adelantó a Parrilli que viajará por su cuenta. Es más, despegó anoche con su esposa Cecilia Plorutti rumbo a Madrid para luego integrarse a la delegación argentina. Y se alojará aparte, en el hotel Santa Chiara, donde solía hacerlo su padre Raúl.

No es la primera vez que Lorenzetti y Alfonsín viajan con Cristina Kirchner a ver a un Papa. Ambos la acompañaron en 2009 cuando la mandataria fue recibida por Joseph Ratzinger.
Igual, el paso de los años modificó la comitiva. Por ejemplo, el espacio gremial del camionero Hugo Moyano –hoy enfrentado a la Rosada– será reemplazado por el titular de la CGT oficial, Antonio Caló; y los líderes de los taxistas, Omar Viviani, y Omar Suárez, del SOMU.

La delegación presidencial la completan el canciller Héctor Timerman; el titular de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez; y los titulares de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor José María Arancedo; y de la Pastoral Social, Carlos Alberto Acaputo.

Si bien no se difundieron mayores detalles del viaje oficial, trascendió que los acompañantes no subirían al Tango 01, por lo que el avión oficial quedaría reservado sólo para la jefa de Estado. “Por lo general viajan con ella, pero si hay alguno que prefiere evitar (como Lorenzetti) tal vez los baja a todos”, especulaban ayer en despachos oficiales.

Mientras el jefe de Gobierno Mauricio Macri confirmó que también participará de la asunción, el gobernador bonaerense, Daniel Scioli, desistió de viajar: “Mi corazón va a estar ahí”, expresó.

Por su parte, el Senado enviará su propia comitiva: Aníbal Fernández y Mario Colazo (FpV); José Cano y Juan Carlos Marino (UCR); Rubén Giustiniani (FAP); Adolfo Rodríguez Saá y Liliana Negre de Alonso (Peronismo Federal). En tanto, Diputados haría lo mismo, aunque hasta anoche sólo había trascendido que viajaría Enrique Thomas del PJ disidente.