Las celebraciones de Navidad y Año Nuevo suelen estar marcadas por reuniones familiares, brindis y mesas abundantes. En ese contexto, los excesos de comida y bebida se vuelven frecuentes y pueden derivar en malestares que van desde la indigestión y la hinchazón abdominal hasta complicaciones más serias vinculadas al consumo de alcohol.
La Dra. Liliana Rolón (MN 124339), líder de la Dirección Médica de Vittal, señala que la clave para atravesar las fiestas sin sobresaltos está en la moderación y la planificación. “Las malas digestiones, la pesadez y la distensión gástrica son consecuencias directas de comer y beber de más, especialmente cuando se combinan alimentos pesados con alcohol”, explica.
Uno de los primeros puntos a tener en cuenta es el control de las porciones. Si bien la variedad de platos invita a probar de todo, es fundamental respetar la sensación de saciedad. En caso de haber comido en exceso, la médica remarca que no se debe recurrir a ayunos compensatorios: “Al día siguiente hay que retomar los hábitos saludables de alimentación, no dejar de comer”.
En ese sentido, recomienda priorizar alimentos con alto poder de saciedad y bajo aporte calórico, como las verduras, que pueden incorporarse tanto en las entradas como en los platos principales. Además, destaca la importancia de comer despacio y prestar atención a las señales del cuerpo.
La hidratación es otro pilar fundamental durante las fiestas. Beber agua de manera regular favorece la digestión y ayuda a mantener un tránsito intestinal adecuado, especialmente en jornadas donde se consumen comidas más pesadas de lo habitual.
El consumo de alcohol merece un capítulo aparte. La Dra. Rolón advierte que el etanol afecta el sistema nervioso central, altera el comportamiento y reduce la capacidad de reacción. La intoxicación aguda no solo genera malestar físico, sino que también está asociada a situaciones de alto riesgo, como los accidentes de tránsito.
La recomendación es contundente: quien bebe, no conduce. Para prevenir situaciones peligrosas, se sugiere designar previamente a un conductor responsable que no consuma alcohol. Para quienes decidan beber, la especialista aconseja hacerlo siempre con el estómago lleno, alternar las bebidas alcohólicas con agua y evitar cualquier tipo de combinación con otras drogas.
Finalmente, la médica brinda pautas claras ante la situación de un familiar o amigo que haya bebido en exceso: impedir que maneje, trasladarlo a un lugar tranquilo y ventilado, colocarlo de costado si se descompone, no dejarlo solo y asegurar una correcta hidratación.
Las fiestas de fin de año son una oportunidad para compartir y celebrar. Con pequeñas decisiones y conductas responsables, es posible disfrutar plenamente de los encuentros sin que el cuerpo ni la seguridad paguen las consecuencias.