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Domingo 24 de Junio de 2012 - 22:16 hs

Los consumidores ahorran preocupados por la economía

Las familias comenzaron a frenar con fuerza sus gastos ante la pérdida del poder adquisitivo de sus salarios por el avance de la inflación y la fragmentación y demora en los aumentos salariales, lo cual le suma incertidumbre a la economía del país.

En un marco de creciente incertidumbre sobre el futuro de la economía y sin poder refugiarse en el dólar ni alternativas de inversión que superen la inflación esperada, los consumidores enfrentan serias dificultades a la hora de decidir qué hacer con sus pesos.

Aquellos que se quedan en pesos se encuentran en una situación muy proclive a consumir en un contexto de tasas pasivas reales muy negativas y la abundante oferta de descuentos y cuotas fijas, que fomentan aún más la compra de bienes.

Sin embargo, y pese a estos "incentivos" a gastar, el consumo muestra cada vez más síntomas de desaceleración, en un contexto de estancamiento de la actividad y caída de la inversión. Según la consultora económica Ecolatina, la debilidad del consumo responde a diversos factores, aunque la caída en el poder adquisitivo es la mayor determinante.

La suba de precios, el retraso en el cierre de paritarias y la fragmentación de los aumentos generan una reducción momentánea del poder adquisitivo, y eso diluye la "ilusión monetaria", afectando la performance del gasto.

Además, los trabajadores ven afectados sus ingresos como consecuencia de la menor cantidad de horas trabajadas y las crecientes suspensiones en las empresas. La situación lleva lleva a las familias a tomar un comportamiento más precavido en sus egresos, explicó la consultora en su informe.

Otro de los condicionantes del consumo es el shock negativo que sufrieron las expectativas: los consumidores esperan una peor performance de sus ingresos y una mayor inflación para el próximo año.

Ante este escenario, algunas familias deciden ahorrar una porción mayor de sus ingresos y no endeudarse para enfrentar épocas más difíciles, aún sabiendo la pérdida de capacidad futura de compra en la que incurren.

La falta de actualización del mínimo no imponible para el pago de ganancias afecta a un número de trabajadores cada vez mayor, al tiempo que al no elevar los topes salariales requeridos, las mejoras en los sueldos provocan que cada vez menos trabajadores reciban las asignaciones familiares.

Teniendo en cuenta el deterioro de la actividad económica, la elevada inflación, la baja creación de puestos de trabajo esperada, la reducción de horas extras y el incremento de suspensiones, el consumo consolidará su desaceleración. Sin embargo, una vez que se perciban los postergados aumentos alcanzados en paritarias el gasto podría revitalizarse.

En definitiva, parecería ser que el "combustible" de la demanda dependerá casi exclusivamente del impacto que pueda generar la materialización de los nuevos acuerdos salariales.

Fuente: na