Colón continúa dando señales claras de que, más allá de la urgencia que impone la Primera Nacional, también piensa en el mañana. Mientras la atención pública se concentra en el armado del plantel profesional y en la llegada de refuerzos, puertas adentro el club avanza con decisiones estratégicas que apuntan a sostener y proteger su principal activo: las divisiones inferiores.
En ese marco, el Sabalero concretó un paso significativo al asegurar el futuro de tres futbolistas surgidos del semillero, quienes firmaron su primer contrato profesional con la institución. Se trata de Abel Galbán, Laureano Pérez, Gian Piaggio y Máximo Johnston, todos categoría 2005, una camada que viene siendo seguida de cerca por el área de fútbol.
Un mensaje hacia adentro y hacia afuera
La dirigencia rojinegra, en sintonía con el director deportivo Diego Colotto, entiende que el crecimiento deportivo no puede desligarse del fortalecimiento estructural. Blindar a juveniles que vienen mostrando evolución sostenida no solo implica proteger patrimonio, sino también reafirmar una política formativa que busca tener continuidad en el tiempo.
En un contexto donde la Primera Nacional exige resultados inmediatos, Colón intenta equilibrar necesidades coyunturales con planificación, apostando a que el semillero vuelva a ser una fuente genuina de soluciones deportivas.
Galbán y Pérez, talento ofensivo del semillero
Uno de los jugadores que selló su primer vínculo profesional es Abel Galbán, volante ofensivo con características polifuncionales. Puede desempeñarse por ambas bandas o actuar como mediapunta, una versatilidad que lo vuelve una pieza interesante dentro del esquema moderno que se pretende desarrollar.
También firmó Laureano Pérez, extremo natural que se mueve tanto por derecha como por izquierda. Su principal carta de presentación está en los números: fue goleador de su categoría durante dos temporadas consecutivas, un registro que lo posicionó rápidamente como uno de los atacantes más destacados de las inferiores.
Johnston, el equilibrio desde el mediocampo
El tercer nombre es Máximo Johnston, capitán de la Reserva y referente silencioso del equipo. Volante central, se distingue por su despliegue físico, capacidad de marca y buen manejo de pelota. Su liderazgo y regularidad lo llevaron a convertirse en una pieza clave del equipo juvenil y ahora a dar el salto formal al profesionalismo.
Mientras que también se confirmó que se le hará contrato al arquero juvenil Gian Piaggio, con lo cual Colón nutrirá con varios jugadores en este puesto la Reserva.
Construir futuro sin descuidar el presente
Con estas tres firmas, Colón refuerza una idea: proteger hoy para competir mejor mañana. Mientras el mercado de pases sigue marcando el pulso de la actualidad, el club asegura a jóvenes que representan una inversión deportiva y patrimonial, en la búsqueda de mayor estabilidad y sentido de pertenencia.
El mensaje es claro: el camino del Sabalero no solo se construye con incorporaciones, sino también consolidando a los propios.