Hoy - Crisis en el mundo árabe

Lunes 21 de Febrero de 2011 - 11:30 hs

Libia: incendian la sede del gobierno y crece la ola de saqueos y disturbios

Los grupos opositores destruyeron varios edificios públicos. El hijo de Khadafy amenazó con una guerra civil y dijo que su padre está en el país y que lo respalda el ejército.

La confusión y el caos se apoderaron de Libia, donde la radicalización de las protestas contra el régimen de Muammar Khadafy, en el poder desde 1969, derivó en una ola de enfrentamientos, incendios y saqueos en Trípoli, e incidentes en otras ciudades como Benghazi.
La situación es caótica en la capital, donde los grupos opositores incendiaron las sedes del gobierno y del Ministerio de Justicia sólo horas después de que el hijo del líder libio, Saif al-Islam Khadafy, advirtiera del peligro de una "guerra civil" en el país, donde hasta hoy fallecieron al menos 233 personas.
Los nuevos hechos de violencia se registraron poco después de que Saif al-Islam subrayara que el ejército jugará un papel esencial para mantener "la unidad y la estabilidad" del país. "Libia es diferente a los países vecinos, Khadafy no es Mubarak o Ben Alí. Las tropas están con nuestro líder, ganaremos la batalla de Trípoli", aseveró en una alocución por cadena nacional.
Sin embargo, las palabras del hijo del líder libio, lejos de calmar la ira de los libios, acrecentó una ola de saqueos y disturbios que ya se apoderó de las calles de Trípoli, la capital del país, que ayer por primera vez fue escenario de las protestas.
En tanto, miles de personas salieron a la calle en Trípoli incendiando también comisarías y saqueando locales. "Esta situación favorece que haya rumores alarmantes por parte de unos y otros", explicó el periodista libio Nezar Ahmed, quien mencionó entre ellos la posible huida del país de Khadafy y disensiones entre altos dirigentes del ejército y de otros cuerpos de seguridad.
Por su parte, la mayoría de las muertes no tuvieron lugar en Trípoli sino en la ciudad de Benghazi, la segunda del país, donde comenzaron las protestas. En esta ciudad ubicada en el este de Libia, se registraron los enfrentamientos más sangrientos con las fuerzas de seguridad y desde hoy los opositores tomaron el control del aeropuerto.
"En la medianoche de ayer la gente tomó el control del aeropuerto de Benghazi. Los soldados dejaron las armas y abandonaron el aeropuerto al escuchar que Khadafy había huido del país. La gente tomó las armas (de los soldados)", relató Servet Zengin, un trabajador turco atrapado en esa ciudad.
Ayer, ante la enorme escalada de violencia y el silencio del gobierno de Trípoli, finalmente el premier, Al-Baghdadi al-Mahmudi, declaró que Libia "tiene derecho a tomar las medidas para preservar la estabilidad del país", según indicó la agencia estatal Jana.
En su declaración, el primer ministro reafirmó una teoría que ya había sido difundida por el gobierno mediante un comunicado, que establecía que una "red de conspiradores extranjeros" estaba detrás de los disturbios en Libia para "destruir la unidad" del país. Sin embargo, el régimen empezó ayer a mostrar las primeras fisuras, cuando su representante ante la Liga Arabe, Abdel Monheim al-Honi, anunció su renuncia para "unirse a la revolución" y protestar contra la "represión".
Preocupación internacional. Los acontecimientos de las últimas horas han desatado las alarmas en la Unión Europea (UE), que estudia la "posible evacuación" de los ciudadanos comunitarios de Libia. "Estamos extremadamente preocupados por la violencia, estamos coordinando la posible evacuación de ciudadanos de la Unión Europea de Libia, en particular de Benghazi", dijo la ministra española de Exteriores, Trinidad Jiménez.
De momento, Francia ya comenzó las evacuaciones, según reveló hoy el ministro de Asuntos Europeos, Laurent Wauquiez, quien dijo que se había repatriado, en un avión fletado especialmente, a unos 30 franceses que trabajaban en el hospital de Benghazi, "principal foco de tensiones" en Libia.
Mientras, el gobierno surcoreano tiene previsto analizar la situación de sus empresas en Libia, donde residen cerca de 1400 ciudadanos surcoreanos, después de que cientos de personas asaltaran anoche las instalaciones de una de sus constructoras en Trípoli.

Fuente: La Nación