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El titular de la ONU, ministros occidentales y árabes y representantes de los rebeldes libios que quieren derrocar a Muammar Kaddafi iniciaron hoy una reunión en Qatar para discutir la marcha del conflicto en Libia.


Los asistentes al encuentro afirman que los esfuerzos de paz siguen siendo la prioridad, aunque también parece haber una intención de reforzar el poder de fuego de los rebeldes para que puedan proteger sus territorios de ofensivas del gobierno.

Una propuesta de Italia, la ex metrópoli colonial de Libia, llama a suministrar armas "defensivas" a los sublevados, que pese a contar con apoyo de ataques aéreos de la OTAN no logran avanzar sus posiciones hacia el oeste libio, en dirección a Trípoli.

El encuentro de un día llega en medio de una tensa relación entre los insurgentes y la OTAN y de reproches en el seno de la alianza por la intensidad de la campaña de bombardeos, que fueron avalados por la ONU para "proteger a los civiles de los combates".

Haciéndose eco de reclamos de los insurgentes libios, Francia y el Reino Unido pidieron ayer a sus aliados de la OTAN, incluyendo Estados Unidos, aumentar su colaboración en los ataques, que en la práctica tiene blanco siempre en fuerzas del gobierno libio.

La conducción militar y países de la OTAN, como España, rechazaron las críticas de Francia de que la alianza "no hace lo suficiente" en Libia, y dijeron que se está realizando "un gran trabajo" y que "no hay nada para revisar".

Del encuentro participaban el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, los cancilleres de Francia, Alain Juppé, Reino Unido, William Hague, y el número tres del Departamento de Estado norteamericano, William Burns, entre otros.

El anfitrión de la primera reunión del llamado Grupo de Contacto para Libia es Qatar, el rico emirato del Golfo Pérsico y uno de los pocos países árabes que presta aviones para la campaña de la OTAN en Libia y que ayuda a los rebeldes libios a vender petróleo extraido en las zonas que controlan para comprar armas.

También se espera que sea el primer foro internacional que escuchará la palabra de Mussa Kussa, el ex canciller de Libia y estrecho colaborador de Kaddafi que defeccionó y viajó al Reino Unido el mes pasado.

Pero voceros rebeldes insistieron en que Kussa no tiene ningún rol en su movimiento, informó la cadena de noticias CNN.

En Bengazi, la ciudad del este de Libia que es sede central de la insurrección, el vocero Abdel Ghoga dijo ayer que "no están en agenda" conversaciones con Kussa.

Asisten también a la conferencia en Doha, en la que se discutirá un plan de paz presentado por Turquía, el titular de la Liga Arabe, Amro Musa, de la Unión Africana, Jean Ping, y la jefa de la diplomacia de la Unión Europea, Catherine Ashton.