La producción de estadísticas oficiales sobre turismo atraviesa un momento crítico luego de que la Secretaría de Turismo, a cargo de Daniel Scioli, decidiera no renovar un convenio de más de dos décadas con el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). La medida genera preocupación dentro del organismo técnico, que ahora deberá buscar acuerdos con las provincias para mantener la continuidad y calidad de los datos.
La ruptura implica el fin de un contrato estimado en unos 570 millones de pesos y se suma a antecedentes recientes: en 2024 ya se había discontinuado la Encuesta de Viajes y Turismo de los Hogares (EVyTH), que medía la evolución del turismo interno. Desde el Indec advirtieron que habrá cambios en la difusión, la presentación y la periodicidad de la información, aunque aseguraron que se harán “todos los esfuerzos” para sostener la mayor cantidad de indicadores bajo estándares internacionales.
El conflicto se da en un contexto especialmente sensible para el sector. Distintos informes advierten que 2026 podría cerrar con el mayor déficit histórico de la balanza turística —excluyendo el periodo de la pandemia—, impulsado por un fuerte crecimiento del turismo emisivo y un desempeño muy débil del receptivo. La polémica se concentra en la medición del gasto de los turistas extranjeros, un dato que impacta de lleno en el debate económico y cambiario. Mientras desde la Secretaría cuestionan la metodología, el Indec defiende un enfoque integral que incluya todos los perfiles de viajeros y alerta sobre los riesgos de “trabajar a ciegas” sin estadísticas públicas confiables.