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De acuerdo a las estimaciones del departamento de agricultura norteamericano (USDA), la campaña dejará 14 millones de toneladas de trigo. A su vez, la sequía generó un recorte que implica una producción de 50,5 millones

El informe mensual de estimaciones publicado por el departamento de agricultura norteamericano (USDA) constituye cada vez más un factor determinante a la hora de comprender la cotización internacional de grano.

En la publicación del mes de enero las estimaciones realizadas por USDA arrojan para la Argentina un buen panorama en lo que respecta a la campaña 2010/11 de trigo. Tal como fuera divulgado por fuentes del sector, los rindes de este cereal resultan actualmente un 18,2% mayores a los registrados durante la cosecha pasada, sobre una superficie de aproximadamente 4,4 millones de hectáreas, 1,1 más que la sembrada para la campaña anterior. Teniendo en cuenta estos factores, el departamento de agricultura norteamericano corrigió al alza la estimación de la producción, llevándola de 13,5 millones de toneladas a 14.

En cuanto a los precios, si bien el trigo demostró menor volatilidad que el maíz y la soja, puede esperarse que a lo largo del año la cotización se mantenga alcista, principalmente debido a los problemas de calidad que traen al trigo australiano las inundaciones observadas durante el último mes y la prolongación de la prohibición de exportación de grano en Rusia. Otros factores que serán determinantes de esta tendencia son la gran liquidez observada internacionalmente y la evolución del precio del dólar, moneda en la que cotizan los contratos internacionales de futuros.

El panorama local depende principalmente de la evolución de las regulaciones aplicadas y el otorgamiento de premisos de exportación (ROE verdes). Durante el segundo semestre de 2010 la evolución del precio disponible –esto es, el recibido por el productor-, experimentó un notable desacople del precio internacional. Este fenómeno responde a particularidades del mercado interno, en el que las restricciones a la exportación de trigo se tradujeron en una sobreoferta interna, en detrimento de la cotización local. Un claro ejemplo de esto se observó durante el mes de diciembre: mientras que el precio internacional subió un 12%, el precio disponible cayó en un 6%.

Sin embargo, de acuerdo a lo dispuesto por el Minagri, se otorgarán permisos por el total del excedente para comerciar al exterior, liberando las 3 millones de toneladas que quedaban remanentes, con la opción de ampliar el cupo de resultar la cosecha mayor a la esperada. Tomando la estimación de USDA y considerando el cupo destinado a consumo interno de 7 millones de toneladas, el saldo exportable llega a las 7 millones de toneladas. De este total exportable, permisos por 3 millones de toneladas fueron otorgados durante junio-noviembre, 1 millón durante diciembre y 3 serían aprobados a lo largo de enero.

Respecto a la soja, la estimación del departamento de agricultura norteamericano, la sequía imperante en Argentina llevó a recortar la estimación de 52 millones de toneladas a 50,5, dato también menor al calculado por INTA, que proyecta una cosecha mayor en 1,3 millones de toneladas. A partir de este dato, se observa que en términos interanuales USDA prevé una contracción de la campaña sojera en un 7,3%, movimiento contrario al demostrado durante los últimos meses por los precios, que desde la publicación del último informe se incrementaron en un 9,2%.

En cuanto al maíz, éste resulta el cultivo en el cual la sequía impactó más fuertemente. Hallándose en plena etapa de floración, la intensa sequía que experimentó la zona núcleo maicera incidió de forma determinante sobre las proyecciones para la corriente campaña: de los 25 millones de toneladas que USDA