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La industria automotriz fue una de las actividades estelares durante el año pasado y su marcado dinamismo también está presente en los primeros meses de este 2011. El sector es uno de los motores del crecimiento económico, capaz de traccionar la actividad industrial en su conjunto. El repunte de la demanda y el “boom” de consumo que hay tras la recuperación de la crisis internacional tienen amplias repercusiones en este mercado. Las cifras de patentamientos alcanzan niveles récord y el crecimiento de las ventas también trae un aumento del precio de los autos.

El los primeros cinco meses del año, ya se patentaron 362.000 vehículos y este dato supone un crecimiento del 28,3% interanual con respecto al año pasado, cuando en el mismo período se habían vendido 282.000 vehículos 0km. En tanto, el mercado de usados también exhibe un repunte con respecto a la que fue su evolución durante el 2010. Entre enero y mayo de este año se realizaron 714.688 transferencias de dominio, es decir, un 19,8% más que en el mismo período de 2010.

No obstante el mejor desempeño relativo de las ventas de vehículos nuevos, en los primeros meses de este año, la brecha en el precio de los vehículos 0Km vs los usados parece acotarse.

Analizando cinco modelos de gama baja entre los más vendidos en Argentina, se observa que el precio promedio de un auto nuevo es hoy 27% mayor al vigente para el mismo modelo pero con dos años de antigüedad, mientras que comparado con el mismo auto pero con cuatro años de antigüedad, la brecha se ubica en 44%.

Durante los primeros cinco meses del año 2010, la misma brecha se mostraba algo mayor. Tomando los mismos modelos, la diferencia entre un 0Km y un usado con dos años de antigüedad rondaba el 33%, mientras que la diferencia con un auto de cuatro años en el mercado alcanzaba el 53%.

Aparece entonces una cuestión curiosa, la demanda de vehículos 0Km luce más dinámica que la de usados, sin embargo, la brecha de precios entre nuevos y usados parece reducirse.

La explicación a este fenómeno podría atribuirse precisamente a la muy vigorosa demanda de vehículos 0Km, ya que durante todo el año los pedidos se mantuvieron por encima de los vehículos que la oferta puede abastecer, de modo que la demora en la entrega de las unidades nuevas se mantuvo en el orden de los 35-40 días (aunque en algunos vehículos puede incluso hoy superar los 60 días).

En un contexto inflacionario, donde esta demora en la entrega no congela precios al momento de la compra, los vehículos usados con poca antigüedad y entrega inmediata ganan atractivo en las preferencias del consumidor. Este cambio en la valoración relativa de los vehículos usados termina reflejándose en los precios, de hecho, en el conjunto de vehículos analizados, el precio de los modelos 0Km creció alrededor del 15% entre mayo de 2010 y mayo de 2011, mientras que el precio de los mismos vehículos con dos años de antigüedad creció 20% y el de los automóviles con cuatro años de antigüedad, lo hizo en un 22%.