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Viernes 17 de Junio de 2011 - 13:45 hs

Advertencia del FMI: el crecimiento se desacelera y aumentan los riesgos

A pesar de algunas sorpresas negativas (como el devastador terremoto y tsunami en Japón) el crecimiento global se estima en 4,3% para el primer cuatrimestre de este año, tal cual se había previsto en abril pasado en el Panorama Económico Mundial (World Economic Outlook), informó hoy en conferencia de Prensa en San Pablo, Olivier Blanchard, economista jefe del Fondo Monetario Internacional al presentar una actualización del tradicional informe económico.

Sin embargo, esta buena noticia se empaña porque para el FMI la actividad se está desacelerando -si bien estima que este movimiento es temporario- y advierte que el crecimiento aún es débil en muchas economías avanzadas. En contrapartida, rescata el fuerte crecimiento en la mayoría de los países emergentes.

Los técnicos del organismo sostienen que "la leve desaceleración observada en el segundo trimestre de 2011 no es tranquilizadora". Como dato negativo señala el crecimiento menor observado en Estados Unidos y la volatilidad financiera renovada por las preocupaciones acerca de la profundidad de los desafíos fiscales en la periferia de la zona euro, circunstancias que plantean mayores riesgos a la baja.

La inflación global repuntó hasta llegar a 4% en el primer trimestre del año, medio punto por encima del registro del último cuatrimestre de 2010. La aceleración se explica principalmente por los incrementos por encima de lo esperado en los precios de las materias primas. La inflación "núcleo" se mantuvo controlada tanto en Estados Unidos como en Japón y creció moderadamente en la zona del euro. En cambio, las presiones inflacionarias fueron más extendidas entre los países emergentes, reflejando tanto la mayor incidencia de los alimentos y los combustibles en la canasta de consumo como así también presiones de demanda.

Tras haberse calmado en buena parte del comienzo de 2011, las condiciones financieras volvieron a tornarse más volátiles desde mayo pasado, sostiene el FMI. La mayor inestabilidad refleja las preocupaciones de los mercados por los riesgos sobre el cumplimiento de la deuda soberana en la periferia europea y la reciente desaceleración de la actividad y la debilidad en el mercado inmobiliario en los Estados Unidos. Además, el organismo insiste en que son insuficientes los progresos logrados en la reparación del sistema financiero, particularmente en Europa, y advierte también riesgos por un mayor apalancamiento en varios segmentos del mercado.

Para los países emergentes, las condiciones globales permanecieron favorables, aunque con grandes variaciones entre las distintas naciones. Los flujos de capitales fueron inconstantes, probablemente reflejando los riesgos de una desaceleración global de la economía y las preocupaciones por problemas internos de los emergentes como la inflación. En algunas de las mayores economías de este grupo se experimentó un rápido crecimiento del crédito facilitado en parte por los ingresos de capitales. En otros se desaceleró el crecimiento del crédito como consecuencia de políticas de restricción monetaria. Pese a ciertas variaciones, en general las tasas de cambio no se movieron mucho en términos reales en los meses recientes.

El informe señala también que los precios de las materias primas han tendido a estabilizare. Las cotizaciones del petróleo llegaron a 120 dólares por barril en abril, pero cayeron en mayo y desde entonces se nota una menor volatilidad con valores cercanos a los 107 dólares, una cifra próxima a la prevista en el informe del Fondo de abril último. Los precios de los alimentos también se estabilizaron, tras los problemas de oferta experimentados el año pasado como consecuencia de factores climáticos.

Se estima que la actividad económica global se desaceleró en el segundo trimestre del año en curso, pero se espera que vuelva a tomar impulso en la segunda parte del 2011, aunque subsisten riesgos de nuevas bajas.

El Fondo prevé un bajo crecimiento en las economías desarrolladas que enfrentan problemas fiscales y en sus sistemas bancarios, que continuarán afectando negativamente el nivel de empleo. En cambio, la actividad seguirá - sostiene - fuerte en los países avanzados que no enfrentan estos desafíos como así también en muchos países en desarrollo y emergentes.

Para los países avanzados el Fondo proyecta un crecimiento de 2,5% durante 2011 y 2012, con una modesta desaceleración respecto del 3% correspondiente al año pasado. En lo concerniente a los emergentes, se espera una ligera desaceleración en los altos niveles de crecimiento de los países de Asia y elevadas tasas en América Latina impulsadas por tanto por la demanda interna como de exportación, aunque compensadas por las políticas de endurecimiento monetario que llevan adelante algunos países.

En cuanto a los riesgos que enfrenta la recuperación, el FMI hace referencia al deterioro en la confianza de los mercados por los problemas de la deuda de los países de la periferia europea como así también dudas sobre la recuperación de la economía de los Estados Unidos. Si estos riesgos se materializaran, señala, perjudicarían a la economía mundial afectando las condiciones de financiamiento en los países desarrollados y el flujo de capitales hacia los emergentes.

El Fondo también advierte sobre la falta de consolidación fiscal en grandes países desarrollados (Estados Unidos y Japón) y el recalentamiento en algunas economías emergentes clave que está dando lugar a presiones inflacionarias. Si bien reconoce que algunos países han tomado medidas preventivas, otros no lo han hecho y advierte que cuanto más se tarde en adoptarlas, mayor será el riesgo de un "aterrizaje forzoso".

En conclusión, el informe sostiene que el mundo ha dejado atrás la Gran Recensión, pero asegurar el camino que va desde la recuperación a la expansión demanda resolver diversos desafíos. En lo concerniente a la consolidación fiscal en los países desarrollados, señala que es crítico que Estados Unidos fije rápidamente un techo a su endeudamiento y lance un plan creíble de consolidación fiscal. Para la periferia europea se indica reformas estructurales ambiciosas que eleven la competividad para revivir el empleo y el crecimiento junto con un ajuste fiscal que repare la confianza de los mercados. Y para los emergentes que están con problemas de recalentamiento, la prioridad, según el Fondo, son políticas de endurecimiento macroeconómico y el uso de flexibilidad cambiaria, medidas prudenciales y posiblemente controles de capitales para evitar el riesgo de repetir ciclos de expansión y caída.

Fuente: ambitoweb.com