Fue un fin de semana negro para el fútbol santafesino. Es que a la suspensión de la final de la Liga Galvense se le sumó una determinación similar en la Liga Totorense, donde la final no comenzó por la agresión que sufrió un jugador de Sportivo Rivadavia de San Genaro.
Diego Gutiérrez, del equipo de San Genaro, fue agredido por la parcialidad local con alcohol, que le ingresó a sus ojos. El jugador había realizado fuertes declaraciones luego de la primera final, cuando había llamado de "pelotudos" a sus colegads del equipo de Centeno.
En encuentro de ida, Sportivo había ganado 1 a 0 con un polémico penal, y este domingo debía disputarse el partido de vuelta, pero se suspendió antes que arrancara.
El árbitro del encuentro fue Jorge Baliño, quien también dirige encuentros de Primera División, y decidió no comenzar el encuentro luego de que los dirigentes de ambos clubes se pusieran de acuerdo para no arrancarlo.
Ahora la decisión de cómo continúa la historia quedará en manos del Tribunal de Penas de la Liga Totorense.