Nacional es uno de los equipos más grandes de Uruguay junto a Peñarol. Pero esta vez ninguno de los dos clubes fue noticia por su incursión internacional con las Copas Libertadores o Sudamericana, sino por lo que ocurrió en sus divisiones inferiores.
Es que en uno de los equipos de las divisiones infantiles del Bolso, la capitana es Mahia Macias, una chica de siete años.
Mahia es la única nena entre todos los nenes y juegan a la par, al punto que convirtió el gol de la victoria en el clásico frente a Peñarol.
En nuestro país estp no está permitido, aunque cada vez se le está dando más relevancia al fútbol femenino. De hecho la Superliga, entre una de las exigencias para los próximos años, requiere que todos los equipos de Primera División también participen de los Torneos Femeninos que organiza la AFA.
Volviendo a lo que ocurrió en Uruguay, Nacional perdía 1 a 0, logró empatarlo cerca del final y, cuando ya culminaba el encuentro, una jugada de pelota parada dejó a Mahia contra el arquero y definió por encima para hacer delirar a todos los padres que estaban presentes.
¡CAPITANA DE ORO! 🤩
— Mujer Futbol (@mujerfutbolcom) 26 de septiembre de 2018
Mahia Macias tiene 7 años, juega en el Nacional y anotó el gol de la victoria en el clásico ante Peñarol.
✅1º niña en jugar en el Nacional con puros varones
✅1º clásico
✅1º capitana en clásicos
✅1º gol de una niña en un clásico
📹: @PasionTricolor1 pic.twitter.com/qkNEtnPluA
Mahia entrena todos los días de la semana. Ama este deporte, al que tampoco le importa el género. "Siento orgullo. Es impresionante. Todo cuesta el doble en este ambiente, pero se disfruta el doble. Todos nos costó el doble porque incluir a una nena, que la acepten los compañeros, los padres… Todo a la larga cuando pasan estas cosas se disfrutan el doble", contó Favio, su padre, en Montecarlo TV.
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Aquel día marcó el gol del triunfo 2-1 de la categoría 2011 en el clásico cuando faltaban dos minutos. Aquella jornada sirvió para que su historia empieza a rebotar en todo el continente. Ese momento es un quiebre cultural. El balón que derribó una barrera. Sin embargo, para ella fue un momento más de alegría, como para sus compañeros. Porque la finalidad de este deporte, más allá de todo, es esa: generar felicidad.