Entre tanta prueba y error, análisis y dibujo táctico, hay algo en lo que Marcelo Gallardo no necesita pensar demasiado de cara al superclásico de mañana. De hecho, hace seis meses que duerme sin frazada porque sabe que el ataque de su equipo logró un ensamblaje casi perfecto y por eso ante Boca volverá a apostar por ese dúo dinámico que anda afilado. Sucede que Sebastián Driussi y Lucas Alario se fusionaron de maravillas y por eso River los disfruta, y ellos también. “Con Seba nos venimos entendiendo cada vez mejor. Tenemos buena relación dentro de la cancha y él tuvo su mejor semestre desde que está en el club. Así que eso me pone muy contento”, declaró el santafesino en una charla con la página oficial respecto al trabajo que realiza junto al hoy goleador del torneo, que ya está mejor del fuerte golpe sufrido en el empeine derecho ante Vasco da Gama.
Y los números no mienten: entre ambos convirtieron 27 de los 39 goles que marcó el equipo en la última mitad de 2016, o sea el 69%. Una cifra temible, en especial para los rivales…Por todo eso es que MG tiene un problema menos en cuanto al armado del 11, que por cierto será el habitual titular y al que el deté pretende darle rodaje pensando en “el objetivo” más cercano, la Supercopa Argentina que disputará el sábado 4 de febrero frente a Lanús, en el estadio Ciudad de La Plata. Es decir, la línea de tres en el fondo que probó en Orlando -sin éxito- quedará archivada y apostará al cuarteto conformado por Moreira, Maidana, Mina y Olivera. Después, la zona de volantes también tendrá nombres conocidos aunque lo que sí podrá variar es la disposición: con Ponzio y la vuelta de Nacho Fernández (mejor de la sobrecarga muscular que arrastró de la pretemporada) como internos, aunque con la posibilidad de que se les sumen Camilo Mayada y el Pity Martínez por afuera. En ese caso, el 4-2-2-2 mutaría a un 4-4-2. Y arriba, obviamente, lo dicho: ya sale de memoria. Alario-Driussi son los apellidos del gol de River...