Interés General - Tras 14 meses

Jueves 22 de Diciembre de 2016 - 16:27 hs

Aparecieron las hermanas "sanadoras" de Córdoba

Ada y Ana Azategui, aparecieron en San Isidro donde están detenidos un hombre y una mujer dedicados a la "medicina china".

Se terminó al menos una parte del misterio sobre las hermanas Ada y Ana Azategui, las sanadoras que se presentaban como "médicas del espacio". Las encontraron a la medianoche en San Isidro. El 11 de octubre de 2015 habían desaparecido de su casa de El Quebracho, un paraje 120 kilómetros al sur de esta capital y nunca más se supo nada.

Ayer un hombre y una mujer fueron detenida en Villa Ballester y Moreno (Buenos Aires) e imputados por "privación ilegítima de la libertad".

Las mujeres fueron encontradas en buen estado; estaban en una casa donde todo indica que seguían atendiendo como "sanadoras". Los procedimientos continúan todavía. La hipótesis se basa en que se fueron de Córdoba siguiendo el llamado de "seres superiores" con los que ellas dicen trabajar.

El trabajo de la Dirección de Investigaciones Operativas -dependiente del fiscal general Alejandro Moyano- llevó a la detención de la pareja en Buenos Aires, quienes dicen ejercer la medicina china.

Según algunos datos, la pareja conocía a las cordobesas y tenía contacto con ellas, quienes habrían dejado su casa "voluntariamente". Durante toda la tarde de ayer se realizaron allanamientos en Buenos Aires en búsqueda de las hermanas. Se las encontró en San Isidro.

"Un tejido de datos que se fue armando en más de un año de trabajo desembocó en la detención de la pareja; el punto que no cierra es que no dieran señales de vida después de irse", confió un investigador a este diario.

Las escuchas telefónicas fueron claves para las detenciones; a la pareja se llegó por "terceros relacionados". El expediente sumó 15 cuerpos de investigación durante todo este tiempo.

Las Azategui, de 65 y 68 años, llevaban 20 años sin salir del campo donde vivían en un rancho. Diez días antes de que desaparecieran murió su hermano Paulino, quien era una suerte de "asistente".

Como "sanadoras" atendían en el lugar y "nunca" -según coinciden los testimonios- cobraron un peso; sólo recibían alimentos. A todos les decían que eran intermediarias de "seres superiores" y que respondían a sus órdenes. Sólo Paulino salía para hacer las compras.

Desaparecieron sin dejar rastros; las buscaron brigadas de bomberos y equipos especiales de la policía con perros adiestrados. Nada. A unos metros de la casa encontraron las gorras que las mujeres solían usar, una heladera azul y una cruz.

A fin del año pasado una hermana comenzó los trámites de sucesión por el campo de unas 300 hectáreas; fue ella quien alertó sobre la desaparición de las mujeres cuando fue a visitarlas el martes 13 de octubre y no las encontró. Nunca designó un abogado.

La fiscal de Río Tercero Andrea Hidalgo es quien lleva adelante el caso con la asistencia de la Dirección de Investigaciones Operativas.

Fuente: La Nación