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Lunes 05 de Septiembre de 2011 - 00:58 hs

Pacino, Salomé y Oscar Wilde

Para Al Pacino, la obra teatral Salomé , de Oscar Wilde, es una obsesión desde que la vio por primera vez. Al menos eso es lo que cuenta en Wilde Salome , la película que hizo sobre el tema. Terminar el documental, que tiene un estilo similar a En busca de Ricardo III , le costó cinco años. Y, a juzgar por el resultado final, se nota que sigue teniendo más dudas con la pieza y con la figura de Wilde que certezas.

No tener conclusiones no es necesariamente un problema si las preguntas y cuestiones que se abren –y el resultado cinematográfico- valen la pena. Aquí lo logra a medias, ya que el espectador termina sin saber muy bien qué le pasa a Al con Wilde (y/o con Salomé), pero al menos le abre la puerta a investigar.

“La” película son varias a la vez: un puesta teatral leída de Salomé , dos puestas para las cámaras de la obra, la cámara que filma el proceso de producción, y los viajes de Pacino investigando vida y obra de Wilde, todo narrado por la voz del propio Al, que está en cámara casi todo el filme, con un peinado cada vez más insólito y un estilo actoral que se ha vuelto casi grotesco.

El gran hallazgo de la película es la actuación de Jessica Chastain en el rol de Salomé. Casi desconocida hasta ahora, la coprotagonista de la inminente El árbol de la vida , que tiene otros cuatro filmes listos para estrenarse, es una actriz notable que hace vibrar y emocionar en cada aparición, y de quien se seguirá hablando por mucho tiempo. Vale ver la película para apreciar su talento.

“Me enamoré de la idea de hacer una película sobre el tema –dijo Al-. Mi gusto por la dirección no es algo reciente, cuando empecé a trabajar como actor hice cinco o seis películas que nunca voy a mostrar. Como mis pinturas”. El actor agregó que “tenía una visión, pero no una historia, y he intentado crear una. Pero no sé muy bien lo que es. Digo que es documental, pero tampoco lo sé. Tardé tanto porque me bloqueé”.

Más que de la película de Pacino, en la Mostra no se hablaba de otra cosa que de Shame , el nuevo filme del inglés Steve McQueen (el director de Hunger , ninguna relación con el fallecido actor), protagonizada por Michael Fassbender y Carrey Mulligan, y que cuenta la historia de Brandon, un ejecutivo soltero que vive en Nueva York y que tiene una vida sexual muy activa, pero sin interés alguno en establecer relaciones con nadie. Su vida solitaria de compañías pasajeras y pornografía se complica cuando su hermana se instala en su casa. Su relación con ella (frágil y necesitada, lo contrario del “gélido” Brandon) desarmará su “estructura” y lo hará enfrentarse a sentimientos que evita.

Lo que llama la atención del filme es su franqueza sexual (ambos aparecen desnudos, él casi media película), aunque por la mecanicidad de sus actos, muy pocas veces llega a ser erótica. La película es impactante, aunque tras un comienzo muy sólido, seco y riguroso se va adentrando en zonas narrativas más convencionales que le quitan la originalidad que podía haber tenido. De cualquier manera, es una de las cartas fuertes del festival.

Fuente: Clarín