Jack Nicholson es un nombre conocido en todo el mundo, ya sea por su rol de asesino demente en El resplandor o por el Joker que compuso para el Batman de Tim Burton. Sin embargo, a los 74 años, su carrera cinematográfica parece haber entrado en una pausa –en los últimos cinco años sólo participó de cuatro películas–, pero tanto su carisma como su leyenda forman parte del capital simbólico de Hollywood. Tanto es así que se rumoreó que tuvo más de 2 mil mujeres en su vida, con un listado de conquistas que incluye a Lara Flynn Boyle y Anjelica Huston, con quien tuvo la relación más duradera, que se extendió a lo largo de casi 16 años, desde 1973 hasta 1989, incluyendo numerosas rupturas y discusiones públicas. El final llegó cuando Jack finalmente fue padre de Lorraine, hija que tuvo con la modelo y actriz Rebecca Broussard, y de acuerdo a las leyendas urbanas de Hollywood, al enterarse Angelica Huston le dio una trompada en el rostro.
Fruto de la relación con Broussard, fue padre también de Raymond. Y, para dejar en pie su fama de mujeriego, tuvo otras dos hijas: Jennifer –que hoy tiene 47 años– y Honey –de 29–.
Cuando nos encontramos con Jack en un hotel neoyorquino, en una habitación con vista al Central Park, el actor está de buen humor, y no deja de fumar un cigarrillo tras otro.
—¿Cómo te llevás con la edad, teniendo 74 años?
—Definitivamente sigo teniendo un corazón salvaje. Soy salvaje del corazón, pero obviamente tengo impedimentos biológicos.
—Se rumoreó que estuviste con 2 mil mujeres. ¿Esos mitos afectan tus posibilidades de acercarte a otras mujeres?
—Desde que se dijo eso, ya no puedo estar con una mujer en ningún lugar público. Bueno, también influyó el cuerpo: no veo bien que alguien de mi edad se muestre en público con una mujer mucho más joven. Si los hombres son honestos, tienen que admitir que todo lo que hacen, hicieron y harán es por la posibilidad de estar con mujeres. A esta altura, ya no puedo hacerle frente a algo semejante, y me entristece.
—¿Alguna vez estuviste enamorado?
—Claro que estuve enamorado. El problema es que cuando estoy con alguien, lo que me pasa es que me veo poner en riesgo todas mis costumbres. Las mujeres creen que soy un mujeriego empedernido, pero muchas veces he conocido mujeres, me enamoré y les decía: “Bueno, dale, casémonos”. El problema es que no me creyeron. Estoy condenado por lo que la gente piensa de mí.
—¿Te considerás un romántico?
—Lo soy. Amo el romance, ser un caballero. La mayoría de las veces las mujeres me han perseguido a mí, pero tengo la suficiente experiencia para saber cómo ser un caballero, cómo seducir a una mujer por medio del romance y disfrutarlo.
—Decías que tu fama arruinó tus chances con algunas mujeres...
—Siempre tuve lo que cualquier hombre puede fantasear, pero al mismo tiempo no sé si fui exitoso en los asuntos del corazón, del alma. No sé por qué. Te juro que lo intenté, hice lo mejor que pude.
—¿Actualmente estás en busca del amor?
—Me gustaría vivir un último romance. Uno grande, uno verdadero. No soy muy optimista sobre si lo voy a vivir. No puedo negar la edad ni el paso del tiempo sobre mi cuerpo.
—Tu relación más duradera fue con Anjelica Huston. ¿Cómo afectó tu vida esa ruptura?
—Me dejó totalmente aniquilado. Probablemente ése haya sido el período más oscuro de mi vida. Cometí un error, y no puedo viajar en el tiempo para corregirlo. Tengo que vivir con eso.
—¿Aún vas a night clubs?
—Mi vida cambió. Ya no disfruto cosas que hice durante muchísimo tiempo. Por ejemplo, ya no voy a night clubs. Ya no me gusta. No salgo desesperado a buscar mujeres. Las últimas tres veces que vine a filmar a Nueva York, no dejé mi habitación de hotel una sola noche. La gente no me cree, pero es la verdad. Aprendí a disfrutar tiempos solo conmigo, y que no tengo que salir por ahí todo el tiempo. De hecho, últimamente mis amigos me dicen: “Jack, deberías salir un poco más”.
—¿Cómo te sentís al descubrir más viejo tu cuerpo?
—Ya no veo muy bien, así que muchas veces, al mirarme al espejo, veo al que fui y no al que
soy. Pero, bueno, el pelo se cae, hasta el del cuerpo. Al ver eso me dije: “Jack, tenés el cuerpo de un viejo”.
—¿Qué es lo más difícil de envejecer?
—Una de las cosas más difíciles es perder a tus amigos. Al principio son hechos aislados, pero de repente te pasa cada mes y no podés hacer nada para ayudarlos. Se van. No sé, es como si en un momento hubiese comenzado a sonar una campana de final, y lo único que tengo es una sensación de pérdida constante. Amé a Dennis Hopper, lo amé. Lo amo. Mi mente no puede entender el hecho de que él ya no esté dando vueltas por ahí. Cada vez que voy a un funeral, me pregunto si la espada ya no me está apuntando. Es escalofriante. ¿Quién quiere enfrentarse a Dios y a la luz brillante? Yo no, por ahora.
—¿Siempre quisiste ser actor?
—Después de la secundaria, me reclutaron como matemático. A partir de ahí, en algún momento fantaseé con ser periodista deportivo, pero para serte honesto no creo que haya habido otro trabajo en el que yo sirviese que no fuera la actuación.
—¿Tu estilo de vida perjudicó tu carrera como actor?
—Nunca dejé una cámara esperando, y en toda mi carrera falté un solo día, durante el rodaje de El resplandor. Me había lastimado la espalda, y no me podía mover... El problema fue que ese rodaje fue en Inglaterra, y quería recorrer Londres, estaba desesperado. Quería el Londres más “loco” posible, claro. Alquilé una casa que daba al Támesis, que tenía una pared enorme, y yo volvía muchas noches sin mis llaves, borracho, y tenía que treparme a esa pared. Me resintió la espalda.
—Tuviste hijos, como Lorraine y Raymond. ¿Cómo sos como padre?
—Mis hijos son maravillosos. Nunca fui un padre sobreprotector ni tampoco muy presente, pero tuve suerte: mis hijos pudieron abrirse camino.
—¿Sos feliz?
—Tuve una experiencia de felicidad hace no mucho. Estaba caminando, dando una vuelta cerca de donde vivo, y de repente miré el cielo celeste, y las nubes, y sentí que estaba en el paraíso.
—Ultimamente, trabajás mayoritariamente en comedias. ¿Por qué?
—Después del 11 de septiembre tomé la decisión de hacer más comedias. Vivimos tiempos donde la gente necesita que la hagan reír. Uno de mis mayores miedos siempre fue que las películas vayan demasiado lejos en la dirección de explosiones, computadoras y efectos visuales y nos quedemos con una audiencia que ya no busque ser conmovida en sus sentimientos. Quiero ser parte de un trabajo que provoque una respuesta emocional.
—¿Es verdad que vivís en la primera casa que te compraste?
—Sí. Compré otras dos, y también compré la casa de Marlon Brando. A muchas de las mujeres con las que estuve les dije: “Andá, buscate una mansión, un lugar mejor, pero para mí esta casa es el mejor lugar donde vivir”.
—¿También tenés una colección de obras de arte?
—Sí. De hecho, ahora estoy más tiempo en casa y hay momentos en que veo tantas pinturas y parece hasta intimidante. Lo que siento al verlas es que quedé atrapado en este mundo materialista. Y pienso: “Por Dios, Jack, fuiste hippie en los 60, no te caigas, no le rindas culto al materialismo, no hagas esas cosas de ricos”. Creo que en algún momento voy a quemarlas todas, y que tanto materialismo se vaya a cagar.
Domingo 18 de Septiembre de 2011 - 15:57 hs
"No estoy como para mostrarme con mujeres jóvenes"
Fuente: Perfil.com