Detrás de los ya habituales hechos de violencia en el estadio de Newell’s, hay un lado B de la trama que todos parecen conocer pero que nadie se atreve a denunciar. Los brutales disturbios del sábado por la noche, después del empate entre la Lepra y Olimpo de Bahía Blanca, superaron todo lo imaginable y sólo por obra de la casualidad los diarios no tuvieron que contar una tragedia el día siguiente. La comisión directiva del club del Parque pidió que se investigue la actuación de la Policía y remitió nuevas imágenes de las cámaras de seguridad de la cancha a la Justicia. El comisario mayor Hernán Brest, responsable del operativo policial en el encuentro, está en la mira de la dirigencia y de la magistrada que entiende en la causa. Y el secretario de Seguridad de la provincia de Santa Fe, Horacio Ghirardi, salió como nunca antes con los tapones de punta contra los dirigentes rojinegros. No todos los detenidos el fin de semana están limpios y no todos los agredidos por la Policía son barras, eso está claro, por lo que la jueza intentará dejar conformes a todas las partes. Pero la conclusión final debe buscarse utilizando como punto de partida un par de interrogantes: ¿por qué se repiten los encontronazos en el Coloso cada vez que hay un mal resultado en la cancha? ¿Por qué la Policía actuó con la vehemencia que pintan las imágenes?
Los choques entre los efectivos policiales y un grupo de hinchas de Newell’s no sólo se reducen a la crisis futbolística actual de la entidad del Parque. En el Torneo Apertura 2009, cuando el equipo dirigido por Roberto Sensini peleó el título hasta la última fecha, también se registraron batallas campales luego de los dos últimos partidos de local, contra Arsenal y San Lorenzo. En aquellos días, incluso desde los tiempos de Eduardo López al frente de la institución, la comisión directiva leprosa y varias agrupaciones políticas afines como Socios e Hinchas Autoconvocados, empezaron a tirarle dardos a Horacio Ghirardi, responsable de la Seguridad Pública en el gobierno provincial, y a los encargados de los operativos de control en los encuentros. En el Parque se empezó a hablar de “desacuerdos” entre la barra brava y la Policía.
Los que conocen la interna del club advierten que esto viene de larga data y tiene que ver con la debilitación de la barra brava leprosa después de la muerte de Roberto “Pimpi” Camino y la retirada de sus hermanos. Son conocidos los reiterados aprietes que sufrió la comisión directiva por parte del actual líder Diego “Panadero” Ochoa, “para evitar que la Policía se lleve siempre presos a hinchas de Newell’s”. Los directivos leprosos no cedieron a las presiones para acercar las partes, pero tampoco hicieron demasiado para sacarse de encima a “una barra que no trae problemas”, como la definen en el club.
Si bien la relación entre la entidad del Parque y Ghirardi dista muchísimo de ser óptima, hoy la postura de la dirigencia rojinegra es evitar mayores roces con los funcionarios provinciales y poner el foco crítico en Brest, el comisario que comandó las acciones policiales el sábado en el Coloso. Los directivos depositan toda la expectativa en los videos de las cámaras de seguridad que están en poder de la jueza correccional de la 5ª Nominación, Marisol Usandizaga –casualmente hija de Horacio–, a quien ayer le entregaron nuevas imágenes en crudo ya que las primeras, que circularon inmediatamente en la web, ofrecían una visión parcial de los hechos. Cabe destacar que las cámaras de la cancha son dirigidas por un efectivo policial, con la cooperación de un empleado del club.
La magistrada Usandizaga no ocultó su indignación cuando observó las escenas de la represión luego del partido, ya que considera que la Policía desoyó sus consejos respecto del trato hacia los detenidos. El próximo paso sería apartar a Brest de todo operativo que se realice en el estadio Marcelo Bielsa.
Más allá de su enojo, la magistrada también tendrá un gesto hacia el secretario Horacio Ghirardi, quien sentenció que “la dirigencia de Newell’s no tiene vocación para terminar con la violencia en la institución”. La jueza Usandizaga tomó nota de 78 de los 108 detenidos el sábado y elaboró una lista que le pasará a la entidad rojinegra para que evalúe aplicar sobre ellos el derecho de admisión. El apartamiento de Brest de los operativos de Newell’s a cambio de restricciones para la barra brava sería el trato.
Este martes cuatro hinchas heridos se presentaron ante la Justicia para denunciar por supuestos apremios ilegales a los efectivos policiales que actuaron en el partido del fin de semana en el Parque, pero finalmente no les tomaron declaración. Uno de ellos perdió un dedo de su mano por un balazo de goma, otro fue herido en la cabeza de una patada y un tercero sufrió fractura de muñeca. A ellos se sumó un cuarto, también lastimado en la embestida, presentando la carpeta médica del Hospital de Emergencias Clemente Álvarez, donde fue atendido el domingo a la madrugada. De todos modos, la jueza se comprometió a cotejar las denuncias con los videos que tiene en su poder.
Pero independientemente de esta historia de barras, policías y dirigentes, existe una cofradía de hinchas supuestamente racionales que pone en peligro la seguridad en el estadio en cada encuentro de local. Por ejemplo, después el empate con Olimpo un grupo de plateístas enardecidos violentó una puerta lateral e intentó llegar al placo oficial para agredir a Guillermo Lorente, Gustavo Dezotti y compañía. En el trayecto equivocaron el camino y estuvieron a punto de ingresar a la pensión de los chicos de inferiores, donde veinte pibes lloraban por los golpes que se escuchaban en el exterior.
El domingo, cuando muchos socios abrieron las ediciones matutinas de los diarios rosarinos, se sorprendieron con una foto que mostraba a un hombre totalmente sacado gritando contra los jugadores: se trataba del entrenador de básquet de la Primera de Newell’s.
Miércoles 02 de Noviembre de 2011 - 00:35 hs
Newells imputa a un jefe policial por los incidentes con Olimpo
Fuente: cruzdelsur.com.ar