En el Cilindro de Avellaneda, el fútbol no aparece, pero los goles sí. Racing lo ganaba por un tanto de Gabriel Hauche antes del primer minuto de juego, pero Independiente se recuperó y sin perder la paciencia llegó al 1-1 por Facundo Parra. El clásico por ahora no tiene dueño.
Los pronósticos de un Racing arrollador ante un Rojo desnutrido recibieron un guiño en el vertiginoso comienzo de partido. Cuando se jugaban segundos, la Academia atacó y ganó un lateral en zona de ataque. Extrañamente, Giovanni Moreno se encargó de ejecutarlo y con sus manos tiró un centro al área. Teo Gutiérrez puso el cuerpo, Gabriel Milito no supo rechazar y Hauche apareció, tras un rebote en las manos de Fabián Assmann para convertir el 1-0 a los 55 segundos.
Pero Racing tiene un sistema automatizado. Hace un gol e inmediatamente se repliega. Cuesta entenderlo, porque tiene el poderío para lastimar y meter el dedo en la herida del rival. Pero lo hace de manera instintiva. Porque no se explica que tras haber convertido al minuto del partido, con todo un partido por delante y en su propio estadio, el equipo de Simeone se haya refugiado en su cueva, esperando a Independiente.
Fue así que el Rojo creció. Más porque Racing lo dejó que por iniciativa propia. Porque tras el golpe que recibió a los segundos de juego, hizo su duelo sin desesperarse, con un rival que decidió no molestarlo para que se le pase rápido el dolor de un gol prematuro.
Y por la izquierda nació el juego de Independiente. Osmar Ferreyra se empezó a asociar con Patricio Rodríguez y Facundo Parra para llegar siempre al fondo y tirar el centro a buscar una cabeza cualquiera. Y Racing lo dejó. Así fue que lo terminó lamentando, porque el fútbol del Rojo, sin ser una maravilla comenzó a ganar terreno e intentó aprovechar la pelota parada en las tantas faltas que los defensores de la Academia cedieron cerca del arco de Sebastián Saja.
Ese gol de Hauche a los 55 segundos pareció ser un recuerdo de otro partido. Y el Rojo se olvidó de las desgracias de un semestre para el olvido y decidió empatarlo. Eduardo Tuzzio sacó un remate bajo, que en el camino encontró alguna pierna de los defensores para chocar en las manos de Saja. En el rebote estaba muy bien parado Parra para apenas empujarla y anotar el 1-1.
Hasta acá, la única feliz aparición de Gio había sido la del lateral que terminó en gol de Racing. Nada más que eso. ¿Teo? Totalmente desaparecido. Y cuando los colombianos no juegan, el fútbol desaparece en la Academia y todo se vuelve garra y empuje, donde crece la polenta de Hauche.
LT10 - Fue 1 a 1 en el Cilindro
Domingo 02 de Octubre de 2011 - 21:04 hs
Independiente no perdió la calma e igualó con Racing en el Cilindro
Parra tomó un rebote de Saja tras un violento disparo de Tuzzio y niveló el clásico ante Racing, en El Cilindro. Hauche, a los 55 segundos, había puesto en ventaja al equipo de Simeone.
Fuente: Clarín