Con grandes virtudes que hacen vibrar y algunos defectos que hacen dudar, el Tate avanza invicto, digno y a puro empate en Primera. El esfuerzo, el orden y el generoso sacrificio de sus futbolistas forman parte de sus bondades. Entre las atajadas “salvadoras” y su incansable ataque, están los argumentos fundamentales de esta campaña de 16 fechas sin derrotas. La verticalidad del mediocampo y la capacidad goleadora de sus delanteros son loables, aunque tanto desgaste, tanta intensidad le pasa factura sobre el final de cada partido.
El Tate aguanta y descansa en su columna. El arquero es solvente, sea Nereo o Castro. El uruguayo fue sostenedor de resultados y sus imperiales actuaciones ante River e Independiente merecen ser destacadas. Sánchez es patrón del fondo. Un gladiador que deja hasta la última gota de sudor en beneficio de esta causa. Martínez con sus cortos años juega como un veterano (de a ratos muy sólo) en el medio. El resto acompaña entre luces y sombras. El ataque siempre invita con Gamba y Triverio.
Será tarea de Madelón hacer que el equipo controle la ansiedad de local y equilibre sus energías. Jugar 90 minutos con tanto vértigo es muy difícil, por lo que deberá administrar con criterio el desgaste físico y entender que presionar no es correr alocadamente detrás de la pelota. Mejorar el escalonamiento defensivo del equipo cuando no tiene el balón y lo atacan por los laterales (especialmente por el sector de Brítez), es tarea para la semana.
El Tate sigue alerta en la búsqueda de resultados importantes con sus nobles herramientas y mientras tanto avanza sin conocer la derrota ante rivales de renombre en la categoría como Lanús, los Millonarios y el mismo Rojo. Suma sin estridencias, con esfuerzo y dedicación. Con humildad y sacrificio este Unión versión 2015 sigue con el crédito abierto de punta a punta. De Castro a Triverio.
Hoy - Por Gustavo Mazzi
Lunes 16 de Marzo de 2015 - 04:05 hs