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 Una adolescente de 17 años que estuvo secuestrada durante una semana en la casa de una familia de cartoneros de Florencio Varela, logró escapar del inhumano cautiverio al que fue sometida y contó que un hombre, y su hijo, la instigaban para que mantuviera relaciones sexuales con ambos, a la vez que la obligaban a mirar películas pornográficas, a consumir drogas y prácticamente no le proveían comida ni bebida. La víctima de este calvario es una joven que padece un retraso madurativo- se llama Micaela Pérez y es oriunda de la localidad varelense de Bosques. Su padre, Juan Carlos Pérez, relató a Diario Popular detalles del infierno que sufrió su hija.

"Un pibe de 15 años la vio sola en la calle y la convenció para que fuera con él. La tenía encerrada en la pieza de una casilla, en la que vive con su padre. Eso queda en la zona del fondo de la Cava", explicó el hombre, en referencia a un sector cercano a la llamada "tosquera de la muerte", un espejo de agua en el que fallecieron más de 20 personas, en Hudson. Micaela desapareció el lunes 14 y fue encontrada en las últimas horas por una mujer, que la reconoció por la foto de un cartel pegado en la calle, en el que advertían que la menor estaba desaparecida.

"Ella es muy inocente, no tiene sentido de la ubicación y no sabía cómo regresar. Todavía juega con muñecas", sostuvo el padre, quien se mostró indignado por la situación: "Estos dos tipos se aprovecharon de mi nena. La encontramos en muy malas condiciones, con signos de desnutrición y sin aseo. Ahora estamos esperando que la vea un ginecólogo para saber con detalles qué le hicieron".

Según Juan Carlos, a su hija "todo el tiempo la querían convencer para que accediera a tener relaciones sexuales, pero ella se negaba". "No sabemos con certeza si llegaron a violarla, pero sospechamos que hubo algo de eso porque ella no se acuerda de algunos momentos que vivió, porque la hacían fumar cigarrillos \\'con olor a menta\\' en reiteradas oportunidades", expresó el hombre, de acuerdo a lo que le confesó la menor. Asimismo, Micaela le narró a su padre que el cartonero "le pedía que fuera su mujer y que no tenga relaciones con el hijo".

"También me dijo que casi no le daban de comer. Le tiraban de vez en cuando unos tomates o cebollas en la pieza donde estaba encerrada", añadió.

Los días de sufrimiento para Micaela Pérez llegaron a su fin porque, según contaron, una vecina la vio en la casilla a través de una ventana y sus captores decidieron abrirle la puerta para que se fuera.