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La defensa de Sergio “Quemado” Rodríguez –imputado en el Triple Crimen de Villa Moreno-, solicitó el viernes pasado al juez de sentencia Julio Kesuani que lleve el caso a juicio oral y público. El magistrado corrió vista a todos los imputados para que sus defensas acepten o no esta vía judicial, ya que el código procesal de transición requiere la conformidad de todos los imputados. Por ahora, cuatro de los cinco procesados dieron el sí para el juicio oral.



Los imputados por el asesinato de Jere, Patón y Mono en Villa Moreno, son Sergio Quemado Rodríguez, de 43 años; Brian Ismael Pescadito Sprio, de 25; Daniel Alejandro Teletubi Delgado, de 23; Brian Damián Damiancito Romero, de 22; y Mauricio Ezequiel Maurico Palavecino, de 22. Los cuatro primeros sindicados como coautores, y el último de ellos, como partícipe necesario.



Kusiani expresó que “en el código actual cuando los imputados por homicidio simple son cinco o más se puede optar por el juicio oral. Todos deben estar de acuerdo. Ya le hemos comunicado a los procesados a fin de que den su consentimiento”.



Pedro Salinas, dirigente del Movimiento 26 de Junio, organización territorial del Frente Popular Darío Santillán, dijo con respecto a lo actuado en la causa: “Nosotros estamos satisfechos con la instrucción, con el juez Juan Andrés Donnola y con la fiscal Nora Marull, nos parece que se trabajó con mucha diligencia y compromiso en la causa. Es bastante interesante que los cinco autores materiales estén procesados y detenidos, y sobre todas las cosas que no reviste antecedentes es que se haya podido abrir una causa conexa, tanto Eduardo Carrillo, Norberto Centurión y Lisandro Martín estén procesados por la complicidad policial”.



Al respecto de la solicitud de juicio oral y público por parte de la defensa de Rodríguez, Salinas aseguró: “Hoy hubo (por el viernes 9 de agosto) una novedad importante en la causa, la defensa de Rodríguez –los abogados de la defensa son Varela y Martínez-, solicitaron el juicio oral y público en la causa”.



“El juicio oral nos permitiría que el tema siga teniendo visibilidad pública en los grandes medios de comunicación. Pero como contra existe que Martínez y Varela tienen un doctorado en cómo reventarte los testigos. Esto se vio en la causa de Walter Cáceres, en la que lograron el sobreseimiento de todos los procesados de la familia Cantero”, apuntó Salinas, pero aclaró que no es la querella la que decide.



El antecedente de la causa por el asesinato Walter Cáceres, de 14 años, ocurrido el 4 de febrero del 2010, quien fue baleado cuando acribillaron al colectivo en el que viajaba junto con la barra de Newell’s. En esa causa el abogado defensor fue Varela. Las similitudes no se terminan allí, la fiscal Norma Marull participó en ese proceso. En ese caso Varela solicitó el juicio oral el cual terminó con el sobreseimiento de todos los imputados.



Norberto Olivares, abogado de los familiares de “Jere” y “Patón”, dijo: “Es la causa judicial que más carga política ha tenido en los últimos 20 años, por las razones estructurales del triple crimen, que es la trama de complicidades política, institucionales y policiales”. El letrado ahondó en el estado de la causa: “Se tiene que definir si va a juicio oral o escrito, los antecedentes no auguran que si vamos a oral sean declarados culpables, ya que en el antecedente directo que tenemos es el caso Walter Cáceres”.



Pero para Pedro “Pitu” Salinas, “la mayor diferencia con el caso de Walter Cáceres, sobre todo es que hay mayor caudal probatorio, hay elementos probatorios de sobra. Y dos testigos presenciales”.


Sobre la trama de complicidades policiales hacen referencia a que en la causa se encuentran procesados, el comisario inspector Eduardo Ismael Carrillo, quien prestaba servicio como jefe de la 3º Zona de Inspección de Rosario, su chofer, el suboficial Norberto Claudio Centurión y Lisandro Jesús Martín, encargado del destacamento del Heca, quien no registró el ingreso de Maximiliano Rodríguez. Los cargos que se le imputan son omisión de cumplir actos de su oficio y encubrimiento agravado en su condición de funcionario público.



“Pitu, por qué no te abrigás”, así recibió Lita, madre de Claudio Damián “Mono” Suárez, a Pedro Salinas, referente del Movimiento 26 de Junio. Su preocupación como madre se hacía extensiva a él, quien en ese mediodía frío en barrio Moreno se acercó a conversar una vez más sobre el asesinato de los tres pibes, en la misma cancha de futbol en que la noche del 1° de enero Jere, Patón y Mono fueron asesinados. Es esa misma preocupación que lleva a Lita a buscar Justicia, y movilizarse para que la muerte de su hijo no quede caratulada como un mero “ajuste de cuentas”. “Si nosotros no hubiéramos salido con los compañeros a la calle, hubiera quedado como un ajuste de cuenta encajonado y nada más”, acotó.



Fue su búsqueda de Justicia, que la lleva a Lita a sobreponerse al dolor y a las amenazas por parte de la familia del “Negro” Ezequiel, la cual vive a 20 metros de su casa. La misma entereza que la llevó a decirle a uno de los hermanos del Negro, cuando este le puso un arma en la cabeza, “que tire, pero que me deje tirada en el suelo, porque mientras pueda hablar voy a seguir luchando”.



La Cámara definió la carátula como homicidio simple. La instrucción estuvo a cargo del juez Donnola. Es en esa etapa en la que la querella no pudo demostrar la premeditación, sí la concurrencia de los implicados en el Heca cuarenta minutos antes de los asesinatos.



La causa se encuentra en el Juzgado de Sentencia, a cargo del juez Julio Kesuani, donde se va a realizar el juicio plenario. Un tema a definir es si la defensa de los imputados acepta el juicio oral propuesto por el abogado del Quemado Rodriguez, Carlos Varela. Al existir un código de transición, sólo la defensa en el caso de que existan cinco o más detenidos y acusados por el mismo delito puede solicitar el juicio oral y público. La querella no lo puede solicitar por la carátula que tiene el caso de homicidio simple.



Según el expediente judicial, la sucesión de hechos que finalizó con la muerte de los tres jóvenes comenzó con el ataque a Maximiliano “Maxi” Rodríguez, hijo del Quemado quien fue baleado, en lo que se supone un ataque por miembros de una banda rival, por el “Negro” Ezequiel Segovia. El ataque ocurrió entre las 3 y 3.30 horas de 1º de enero del 2012, en la intersección de Vera Mujica y Garay. Maxi Rodríguez fuera trasladado al Heca. Allí confluirían todos los imputados, de allí se retirarían alrededor de las 4 de la mañana, tal como consta en el expediente, y se dirigirían hacia Villa Moreno en búsqueda del Negro Ezequiel, sindicado como el autor de los disparos a Maximiliano Rodríguez. Fue en la madrugada, –entre las 4 y 4.30 horas, del 1º de enero del 2012, en las inmediaciones de Calle Dorrego y Presidente Quintana–, en el interior de una canchita de fútbol en Villa Moreno las balas cercenarían la vida de tres jóvenes militantes del Movimiento 26 de Junio.



Lo que en un primer momento tomó estado público como un “ajuste de cuenta”, se demostraría que fue un triple homicidio de tres jóvenes militantes ocurrido en el club de barrio en el cual ellos participaban. Hoy sólo la evocación de sus compañeros, y un mural que da la bienvenida en la cancha de futbol en Villa Moreno, mantiene viva la imagen de “Jere”, “Mono” y “Patón”.



La querella se encuentra representada por Norberto “Beto” Olivares, quien tiene el patrocinio de Ignacio Rodríguez y Eduardo Trasante. Antonio “Pipi” Ramos por su parte es abogado de Lita, madre del “Mono”.