El presidente de la Orden de los Abogados de Brasil (OAB), Marcus Vinícius Coelho, dijo tras reunirse con la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, que la presidente evalua desistir de su idea de convocar a un plebiscito para instalar una Asamblea Constituyente destinada a debatir una reforma política.
Coelho incluso fue más lejos y señaló que la presidenta desistirá de la que fue la más polémica de las varias propuestas que realizó el lunes en un intento por dar respuestas a las masivas protestas populares, después de que se "convenció" de que el mecanismo atrasaría aun más la reforma política.
"Hacer un plebiscito para convocar una asamblea (constituyente) y sólo ahí elaborar la reforma política atrasaría todo el proceso", dijo el abogado.
Agregó que la OAB "orientó" a la presidente sobre los obstáculos que enfrentaría su propuesta y ofreció alternativas.
"Sobre la Constituyente, le manifestamos a la presidenta el riesgo institucional, el peligro (que significaría) para nuestras instituciones si una Constituyente es convocada. Buscamos demostrar que es posible, necesario, urgente, más rápido y efectivo haber una reforma política alterando la Ley de las Elecciones y la Ley de los Partidos Políticos, sin alterar la Constitución Federal", dijo Coelho.
Agregó que la presidenta "se sensibilizó" con lo propuesto por los abogados, que implica realizar un plebiscito "para aprobar la propia reforma política".
"La población tiene que decir directamente cuál es la reforma política que quiere, y no un plebiscito para convocar una Constituyente", indicó.
"Un plebiscito para que el pueblo vaya a las urnas y les diga a todos que queire la reforma política, que quiere financiamiento democrático (de campañas electorales, además de una amplia libertad de expresión", añadió.
Confrontada con la mayor protesta en dos décadas, en reclamo de mejores servicios públicos y el fin de la corrupción arraigada en la clase política, Rousseff había anunciado el lunes un paquete de propuestas que incluía un plebiscito que convoque a una Constituyente para implementar reformas políticas a mejoras en salud, educación, transporte, así como responsabilidad fiscal en todos los niveles de gobierno.
Las manifestaciones prosiguen en tanto en ciudades como Belo Horizonte, Sao Paulo y Goiania, aunque con mucha menor intensidad que el jueves pasado, cuando más de un millón de personas se volcaron a las calles para exigir mejores servicios públicos, denunciar la corrupción y los gastos en estadios del Mundial 2014, en vez de en salud o educación.
En Rio de Janeiro, una pequeña manifestación en un barrio popular cercano a varias favelas degeneró el lunes de noche en robos, vandalismo y confrontaciones con la policía.
Una operación policial en una de las favelas del Complexo da Maré para hallar a los responsables dejó un saldo de dos muertos: un sargento del Batallón de Operaciones Especiales de la policía (Bope) y un vecino.
Esta mañana efectivos del Bope volvieron al lugar y dieron muerte a otros cinco civiles, informó a la AFP la policía.
Rousseff dijo "escuchar la voz de la calle" y puso la presión en el Congreso, único poder que puede convocar un plebiscito, y donde por falta de apoyo languidecen los proyectos impulsados por el gobierno para reformar el sistema político, endurecer las penas contra la corrupción y aumentar la inversión en educación.
"La reforma política está bloqueada desde hace 20 años porque los políticos sólo están interesados en crear leyes que favorezcan su reelección", dijo a la AFP David Fleischer, analista político de la Universidad de Brasilia.
La propuesta de una consulta popular para crear una Asamblea Constituyente exclusivamente para reformar el sistema político fue lanzada por el expresidente Luiz Inacio Lula da Silva (2003-2010) y apoyada por Rousseff en su campaña electoral en 2010.
Martes 25 de Junio de 2013 - 20:46 hs