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 Buscando proyectar unidad, las formaciones italianas aspiran a que el nuevo jefe de Estado sea elegido en las tres primeras votaciones, en las que se necesitan dos tercios de los apoyos, 671 votos entre los 1.007 electores entre diputados (630), senadores (319) y delegados regionales (58).

Si no se logra elegir a un nuevo presidente en los tres primeros intentos, a partir de la cuarta votación su elección se definirá pora mayoría absoluta, por lo que son necesarios 504 votos.

La primera votación llegó precedida de la división que provocó en el Partido Demócrata (PD) y el resto de los que integran la coalición de centroizquierda, la decisión de su líder, Pier Luigi Bersani, de proponer al ex sindicalista Franco Marini como su candidato.

Es que la elección de Marini fue acordada con el líder de la centroderecha y ex primer ministro Silvio Berlusconi, lo que causó duras críticas dentro del PD y de parte de la centroizquierda, así como un nuevo percance en la política del país, sin gobierno desde hace unos 50 días.

En la primera votación Marini obtuvo 521 votos, por lo cual no pudo alcanzar la mayoría de dos tercios sobre los 1.007 electores.

Por su parte, el jurista Stefano Rodotá, candidato del Movimiento 5 Estrellas (M5E) del ex cómico antisistema Beppe Grillo, obtuvo 240 votos, informó la agencia de noticias EFE.

Este último resultado reveló que además de los 163 grandes electores del M5E, Rodotá obtuvo 78 votos más provenientes de otros grupos.

Se estima que 45 de estos votos provienen de los representantes del partido Izquierda, Ecología, Libertad, de Nichi Vendola, aliado de Bersani, quienes la víspera anunciaron su apoyo al jurista y su rechazo al candidato oficial del PD.

En tanto, el número de votos en blanco fue de 104 y un total de 15 fueron considerados nulos, mientras que el resto se repartieron entre otros nombres como los ex primeros ministros progresistas Romano Prodi y Massimo D`Alema.

Tras el fracaso de la votación de la mañana, marcada por la división en la centroizquierda, el PD, el Pueblo de la Libertad (PDL) de Berlusconi, y la formación Elección Cívica del primer ministro en funciones, el tecnócrata Mario Monti, decidieron votar en blanco en la segunda ronda.

Ni siquiera Berlusconi tomó parte en la votación, pues viajó a Udine (norte) para participar en un acto de su partido.

La decisión de votar en blanco en la segunda ronda para elegir al presidente que sucederá a Giorgio Napolitano, cuyo mandato expira el próximo 15 de mayo, obedece a un alto en el camino para ganar tiempo, redefinir estrategias y, en el caso del PD, elegir un candidato alternativo a Marini que conforme a todos.

De hecho Bersani ya archivó la candidatura de Marini, aunque el ex líder sindical y ex presidente del Senado dijo que no se retira del escenario político.

"Fase nueva, haremos una nueva propuesta. Nuestra asamblea elegirá democráticamente un candidato", aseguró Bersani, secretario general del PD.

Dicha asamblea, que se celebrará mañana, tendrá que elegir a un candidato que pueda ser presentado en la cuarta votación, para la que el PD pidió un aplazamiento de "unas horas".

En total, en la segunda votación tomaron parte 948 y ocurrió lo que estaba previsto, 418 votaron en blanco, mientras 230 lo hicieron por el candidato del M5S.

Así, Rodotá se convirtió en el más votado en la segunda ronda, mientras que Marini, candidato del PD y el PDL, obtuvo sólo 15 apoyos.

Ahora, entre los nombres que se barajan suenan con fuerza los de Prodi y D`Alema, que en las últimas horas habrían perdido fuerza, aunque no se descarta la posibilidad de que el PD acabe apoyando a Rodotá.

Desde el PDL, que se había mostrado a favor de votar a Marini, aunque éste no se enmarcara en las filas de la centroderecha, se ve con malos ojos la opción de Prodi, considerado "la bestia negra" de Berlusconi, a quien el ex presidente de la Comisión Europea se impuso en el pasado en la carrera a primer ministro.

En este contexto, los medios italianos dan por hecho que la tercera ronda de votaciones que se celebrará mañana será de trámite, ya que los grandes partidos volverán a votar en blanco para pasar al cuarto escrutinio, que incluso podría pasarse para el sábado.