Pasó lo que todos esperaban. Como si el guion ya estuviese escrito. Como si el destino ya estuviese marcado. Pocas veces como en la actualidad un equipo de Barcelona dependió tanto de Lionel Messi. Por eso no sorprendió que con Leo en el banco de suplentes los catalanes hayan mostrado una cara, y con Leo en cancha la cara haya sido otra. El empate por 1 a 1 ante París Saint Germain (en la ida igualaron 2 a 2) se festejó como una victoria en el Campo Nou, ya que le permitió a los blaugranas clasificarse a las semifinales de la Champions League.
Por una molestia muscular, Leo aguantó hasta los 16 minutos del segundo tiempo en el banco. Antes de su ingreso, fue todo de París Saint Germain, que con un planteo inteligente logró complicar a Barcelona. Con el trío de Zlatan Ibrahimovic, Ezequiel Lavezzi y Javier Pastore, que marcó el gol para los franceses, París estuvo cerca de eliminar a los catalanes.
Pero a Barcelona no se lo puede perdonar, y París lo perdonó. Heridos, los catalanes reaccionaron con Leo a la cabeza y nueve minutos después de su ingreso llegaron al empate, con un remate seco de Pedro que infló la red.
Luego de la igualdad, Barcelona bajó el ritmo del partido y se defendió con la pelota. Messi, creador de la jugada del gol, le pidió tranquilidad a sus compañeros y así lograron defender el pasaje a las semis y sellar el 1 a 1.
Con la clasificación asegurada, Barcelona esperará al sorteo del viernes de las semifinales de la Champions para conocer su próximo rival, que saldrá de Bayern Munich, Borussia Dortmund o Real Madrid.