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Viernes 01 de Marzo de 2013 - 21:33 hs

Sin acuerdo, Obama está obligado a reducir gasto público

 La reunión que mantuvieron en la Casa Blanca el presidente de EE.UU., Barack Obama, y los líderes demócratas y republicanos del Congreso concluyó sin un acuerdo para evitar la entrada en vigor de los recortes automáticos del gasto público a partir de esta medianoche.

Obama compareció ante la prensa tras la reunión y volvió a alertar de que el "dolor" que van a causar esos recortes severos" y "estúpidos" a cientos de miles de estadounidenses "será real". Adelantó que supondrán la pérdida de 750.000 empleos y la reducción de medio punto porcentual en el crecimiento de la economía.

Desde 2011, cuando los conservadores tomaron el control de una parte del poder legislativo, Obama y sus adversarios se han enfrentado por la forma de buscar el equilibrio de las cuentas públicas con el fondo de un alza vertiginosa del endeudamiento de la primera economía mundial, actualmente de más de 1,6 billones de dólares.

A falta de un acuerdo, ambas partes han encontrado soluciones temporales. La idea, emitida a mediados de 2011 por la Casa Blanca y aceptada por los republicanos, fue la de poner en marcha recortes automáticos en los gastos y que fueran considerados demasiado dolorosos como para incitar a negociar una solución.

Eso fue sin duda una prueba de excesivo optimismo vista la persistente intransigencia de cada lado: Obama aceptó el principio de los recortes en los gastos, pero exige que los más ricos paguen mayores impuestos.

Pero esto representa una bandera roja para los republicanos que ya habían aceptado esa medida en enero pasado, durante una precedente negociación, y en una mayor presión fiscal sobre los estadounidenses de mejor pasar.

"El presidente ya tuvo sus aumentos de impuestos", advirtió el presidente de la Cámara, John Boehner. "¿Cuánto dinero queremos aún robarles a los estadounidenses para financiar más al Estado? Yo digo que cero", precisó.

La presidencia demócrata ha hecho sonar las alarmas desde hace varios días sobre las consecuencias concretas de una amputación de gastos de 85.000 millones de dólares sobre los siete últimos meses del año fiscal, o sea un 8% para defensa y 5% para otros sectores, hablando de desempleo parcial de funcionarios y afectaciones en los servicios públicos.

En la víspera, el presidente había explicado sin embargo que los recortes no tendrían forzosamente un efecto brutal inmediato pero que se incrementaría con el correr de las semanas. El Fondo Monetario Internacional (FMI) estimó en 0,5 puntos porcentuales el efecto negativo de esta medida sobre el crecimiento de la economía, aún convaleciente.

El dispositivo que prevé esta medida de austeridad estipula que será Obama quien deberá comunicar formalmente a su administración antes de las 23.59 de la noche del viernes (1.59 del sábado en nuestro país) el comienzo de la reducción de gastos. El gobierno comenzará a enviar cartas a centenares de miles de funcionarios para prevenirlos de potenciales licenciamientos sin goce de sueldos.

Esta crisis debería adicionarse muy pronto a otra, aún más llena de amenazas: el financiamiento del Estado federal para los últimos meses del ejercicio 2013, que deberá ser objeto de un voto en el Congreso antes del 27 de marzo, y sin el cual los servicios públicos deberán cerrar pura y simplemente.

El jefe de los demócratas en el Senado, Harry Reid, espera que esta nueva suba en las apuestas en el juego político y económico sirva para que finalmente ambos bandos alcancen un acuerdo.

Fuente: ambito