A pocos días de que venza el plazo para levantar la inhibición que pesa sobre el club, Colón enfrenta un serio obstáculo en la negociación con Alberto Espínola. El paraguayo rechazó la propuesta de pago en cuotas que le acercó la dirigencia rojinegra, exigiendo el cobro total de la deuda en un solo desembolso.
El reclamo del lateral derecho asciende a 375.000 dólares más 12.859.500 pesos, ambos con un interés anual del 5%, y el vencimiento del plazo impuesto por FIFA es el 15 de octubre. Si el club no cumple, quedará automáticamente inhabilitado para incorporar jugadores, lo que afectaría de lleno la planificación deportiva de cara a la próxima temporada.
Según pudo saber este medio, el plan que Colón le presentó a Espínola contemplaba entre seis y siete pagos, pero el jugador lo consideró excesivo. Su negativa, sin embargo, no se debe únicamente a lo económico: el defensor teme que una eventual victoria de Tradición Sabalera en las elecciones del 30 de noviembre devuelva al poder a José Vignatti y José Alonso, dirigentes con los que terminó en conflicto y que derivaron en un fallo favorable para él tanto en FIFA como en el TAS.
Además, Espínola argumenta que no percibió salario alguno durante el segundo semestre de 2023, y que el monto ofrecido por Colón no reflejaría fielmente la deuda real, ya que parte de ese período debería haber sido cubierto por FIFA debido a la lesión que sufrió mientras jugaba para la selección paraguaya en las Eliminatorias Sudamericanas.
Ante la falta de acuerdo, la dirigencia rojinegra evalúa alternativas urgentes para evitar una nueva sanción internacional. Entre ellas, se analiza la posibilidad de tramitar un préstamo bancario que permita cancelar el total de la deuda en tiempo y forma, para luego recuperar los fondos mediante los ingresos que el club espera por las ventas de Leonel Picco a Platense y Alan Forneris a Racing.
Con el reloj en contra y una cifra considerable por delante, en el Sabalero saben que cada hora cuenta. Si no se logra destrabar la situación en las próximas jornadas, Colón podría sumar un nuevo golpe institucional justo cuando intenta reordenarse en medio del proceso electoral y deportivo más delicado de los últimos años.