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El primer capítulo del Torneo Clausura comenzó con la misma imagen que terminó el reciente Apertura: con un festejo de Estudiantes. En la presentación oficial de Eduardo Berizzo como técnico, el Pincha derrotó por 2-1 a Newell’s en Quilmes y volvió a dejar en claro que es el mejor equipo del fútbol argentino. Al campeón nacional sólo le bastaron 45 minutos para dejar de rodillas a la Lepra, que agradeció la piedad que le tuvo el local en el complemento.

La hegemonía del Pincha demoró escasos segundos para instalarse y, cuando lo hizo, ya no hubo ningún tipo de paridad entre los dos protagonistas. El funcionamiento colectivo del Pincha lució la misma flexibilidad y dinámica del último torneo, y a eso le sumó las notables producciones individuales de Enzo Pérez y Gastón Fernández. El primero desniveló cada vez que aceleró, mientras que el segundo arrastró marcas y fue la peor pesadilla del trío Lema-Fuentes-Schiavi.

Newell’s apostó por cuatro volantes, pero perdió la batalla de la presión en el medio y sus tres delanteros quedaron aislados. El poderío de Estudiantes se cristalizó en el marcador a los 12, cuando la Gata recibió una asistencia de Pérez y no perdonó. A los 23 llegó el segundo golpe: Pérez habilitó a Mercado por derecha y el ex Racing definió tras pararla de pecho. La jugada debió haber sido anulada, ya que Verón había hecho el tiro libre previo al gol con la pelota en movimiento.

Con un gran trabajo colectivo, Estudiantes se burló de la táctica rígida y demostró cómo dañar con un solo neto. Sensini, DT de la Lepra, se enfureció por el desorden que exhibió su equipo, que dejó muchos huecos por la franja izquierda. Ante la poca marca de Estigarribia, Schiavi debió salir a cortar lejos siempre y lo pagó caro: a los 41 le hizo penal a Pérez. La atajada de Peratta en el penal de la Gata le impidió al Pincha festejar una nueva conquista, pese a los merecimientos.

Además de gritar, Sensini aprovechó el entretiempo para rearmar la defensa con cuatro jugadores (Cichero ingresó por Lema y Sperduti fue de ocho). Por su parte, Berizzo debió sacar a Desábato, víctima de una contractura, y lo reemplazó con Roncaglia. El duelo perdió vuelo porque Estudiantes redujo su marcha y Newell’s apenas hizo rasguños con Estigarribia por izquierda. Entre tantas falencias, Newell’s careció de un conductor y su DT no supo dárselo a tiempo.

Si bien la Lepra sólo molestó con un par de tiros de esquina, Estudiantes se relajó demasiado durante casi todo el segundo periodo y se arriesgó innecesariamente en el final. La primera gran chance de descontar la tuvo Bieler a los 42, pero el ex Racing derrochó un mano a mano muy cómodo. Y dos minutos después llegó el gol de Juan Manuel Cobelli, apenas un consuelo. No hubo tiempo para ninguna hazaña rojinegra. Pompei dijo basta y el Pincha volvió a cumplir con su sana adicción: el festejo triunfal.