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Un cuñado de María Marta García Belsunce no reconoció el presunto "pituto" que había sido tirado al inodoro el día del hecho.

Se trata de Horacio "Yayo" Zarracán, marido de María Laura García Belsunce, quien participó en la reunión que se hizo en el baño de la casa donde se cometió el homicidio.

Al declarar como testigo ante el Tribunal Oral Criminal 1 de San Isidro por el juicio por el encubrimiento del crimen que se le sigue a varios imputados, Zarracán aseguró que el plomo aplastado que le mostraron no fue lo que vio el día del homicidio.

"Esto no es lo que vi, tenía una cosita más larga, lo vi, eso no era", confirmó Zarracán.

En tanto que el ex gerente de la funeraria Casa Sierra, Oscar Sierco, aseguró que la familia de la víctima compró el cajón más barato porque “la iban a cremar”.

Al declarar como testigo, Sierco confesó que siente “odio” hacia la familia García Belsunce, a la que cree culpable del homicidio.

“Son lo peor”, sostuvo en relación a los familiares de la víctima y recordó: “Cuando vi por televisión que María Marta había sido asesinada, si tenía un arma me pegaba un tiro, no podía creer en lo que me metieron”.

Por su parte, Guillermo Bártoli, el cuñado de la víctima, dijo que sí está imputado por encubrimiento, cuestionó las declarciones del Sierco y ratificó que la familia no quiso cremar a María Marta.

Aseguró que a la funeraria se le encargó un cajón caro que no es utilizado para la cremación y que la documentación que presentó como prueba el ex gerente de Casa Sierra es apócrifa.

Consideró que hubo “una carrera de errores” de funcionarios y policías que tenían responsabilidades que asumir.

“Nadie me dice cuál es el móvil de este crimen, por qué Carlos Carrascosa mató a su mujer, por qué toda su familia, la madre y el padre de María Marta quieren encubrir a Carrascosa, explíquenmelo porque hasta ahora ni en el juicio anterior ni en este se ha descubierto”, sostuvo ante la prensa al momento de ingresar al tribunal.

Bártoli admitió haber cometido errores y dijo que a partir de ese crimen “cambiar muchas cosas que antes era habitual hacer”.

“La diferencia entre la gente profesional, que tenía obligaciones, y nosotros era que a nosotros se nos había muerto un ser querido”, manifestó.

En ese sentido, criticó el accionar de la funeraria, que permitió que la víctima fuera enterrada en Capital Federal a pesar de que había muerto en territorio bonaerense.

El acusado recordó que la Casa Sierra contaba “con un instructivo que indicaba a la gente que quería enterrar a alguien en Capital cuando había muerto en la provincia de Buenos Aires debía requerírsele un domicilio en la Ciudad para hacer más ágil el trámite”.

“Lo que estamos viviendo en este juicio es que hay médicos que tenían responsabilidades, policías que tenían responsabilidades, funcionarios que tenían responsabilidades y empleados de funerarias que tenían obligaciones y que ninguno cumplió cien por ciento con lo que tenía que hacer", dijo el cuñado de la víctima.

Consideró además que “es mas fácil decir que la familia es la culpable pero acá hay una cadena de errores de gente profesional, que sabía que había un error y la diferencia entre ellos y nosotros es que a nosotros se nos había muerto un ser querido".

Tras la declaración de Zarracán, el juicio pasó a un cuarto intermedio hasta el próximo martes.