Se trata de una referí de 21 años, que por los insultos que recibía por parte de algunos de los padres de los chicos, decidió suspender el encuentro y se retiró del campo llorando.
La joven informó que como no paraban de agredir verbalmente tanto a ella como a los nenes de 11 años, decidió terminar con el partido y agregó que es muy difícil que los chicos la pasen bien mientras sus padres los están insultando y agrediendo constantemente.
Es la primera vez en cuatro años que se enfrenta a semejante episodio con tanta violencia.