El presidente de la Sociedad Rural de Crespo, Aldo Manassero, está cansado. Él mismo lo expresa: “llega un momento que uno está harto de pedir y pedir, y no encuentra eco en nadie”. Lo dice por las autoridades comunales y provinciales, claro, pero también cuestiona a sus pares. Oscila entre el justo reclamo y el mea culpa.
“(Esto) es un dejar de hacer”, comenzó, con respecto a las obras no emprendidas. Pero al mismo tiempo pidió “controles como debiera tener la provincia en este aspecto de lo hídrico, que tiene varias influencias”.
“Acá hemos hecho muchos años soja, borramos los montes, las pasturas, las lagunas. Nadie intervino ni dijo nada. Entonces ahora nos encontramos con esta realidad. El tiempo se comporta en forma distinta, quizás sea un poco por lo que le estamos haciendo al medio ambiente. Llegó el momento de poner las barbas en remojo”, admitió. “Los productores no ponemos el énfasis que hay que poner y en vez de buscar soluciones hacemos catarsis”.
En cuanto al gobierno provincial, remarcó que “ya hace tres períodos que están (los mismos). Tendrían que haber programado una infraestructura (distinta porque cambiaron) los cultivos, y tenemos a Córdoba y Santiago del Estero que han hecho las obras y nos largan el agua. Todo eso habría que haberlo previsto y le han destinado muy poca atención”.
Ahora, entonces, hay que ponerse “a pensar cómo hacemos lo canales. Hay una ley de suelos que si la leyeran y alguien controlara, seguramente no permitiría que se deforeste como se deforesta, que no se haga rotación de cultivos. Hay canales que tienen que tener compuertas como para que el agua no llegue con tal velocidad. Pero los pueblos cuando hacen el loteo no consideran que ahí hay un paso de agua”.
Asimismo, sugirió “hacer hincapié en los INTA (institutos nacionales de tecnología agropecuaria), que tienen toda la información, y se los ocupa muy poco”. “Tendrían que tener un papel fundamental en el movimiento de los distintos campos. Y tiene que haber poder de policía por los canales clandestinos”, agregó.
“Llegó el momento de que nos pongamos los pantalones largos y dejemos de mucha cháchara y pocas obras. Acá el presidente comunal hasta me pone mosaicos en la plaza y yo no puedo transitar los caminos para sacar la producción. Entonces uno está cansado de martillar. Lo que pasa que a veces al político el campo le interesa poco, porque son cuatro votos. Está mirando de hacer lo lindo en el pueblo porque ahí está la cantidad de votos”, lamentó.
Y mientras tanto, vuelve a admitir: “el clima nos contesta porque no prevemos, no valoramos la importancia del medio ambiente. Sólo nos interesa sembrarlo. Se borran lagunas, cañadas…”. “Si el sector agropecuario lo tuviéramos más en cuenta, podríamos producir el doble de lo que se produce. Pero con reglas claras, con las estructuras como corresponde.
“Somos la materia prima del mundo, y se ve que no lo valoramos. Quién quisiera tener un territorio como la Argentina”, cerró, apesadumbrado y “cansado de luchar”.