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Aníbal Fernández copó el escenario, tomó un trago de la botella que le dejaron sobre el atril y abrió su computadora personal. "¡Gracias!", fue todo lo que llegó a decir. Los gritos y cantos no lo dejaron seguir. Con la Uocra a la cabeza, el Gran Rex vibró con un mensaje con un claro destinatario en una semana especial para el gran protagonista de la tarde. "Si lo tocan a bigote, qué quilombo se va a armar", entre los que entonaban las estrofas y aplaudían los jefes de La Cámpora y casi todo el gabinete nacional.

Envalentonado tras el respaldo público de la Presidenta y con la presencia del kirchnerismo ortodoxo de su lado, el cierre de la campaña electoral de la fórmula que integran el jefe de Gabinete y Martín Sabbatella estuvo cargado de simbolismo. El más importante fue sin dudas la noción de que el grueso del oficialismo respaldó su precandidatura a gobernador bonaerense sobre la de su competidor en la interna, Julián Domínguez. Incluso, poco antes del acto, la madre de Cristina Kirchner, Ofelia Wilhem, lo llamó para manifestarle su apoyo.

"Julián se equivocó", confió a LA NACION uno de los ministros presentes. La fuerte presencia dejó aún más en evidencia el vacío de figuras de primera línea del kirchnerismo que sufrió anteayer el cierre de campaña de la dupla Domínguez-Espinoza. Aunque no lo hagan público, en el oficialismo cuestionan al presidente de la Cámara de Diputados y al intendente de La Matanza por el informe que publicó el domingo Periodismo para todos, en el que vinculan al ministro coordinador con el tráfico de droga y el denominado triple crimen de General Rodríguez.

Eso provocó el fin del equilibrio que se había autoimpuesto La Cámpora, parte del Movimiento Evita y de los ministros. Ayer todos estuvieron al lado de Fernández, que en un encendido discurso, en el que mechó frases dignas de un stand up que provocaron risas en el auditorio, criticó con dureza al Grupo Clarín. Como contrapartida, fue notable también la ausencia del sciolismo. Aunque Daniel Scioli ya había anticipado que no iría a ninguno de los actos, tanto de Domínguez como de Fernández, fue llamativo que ningún ministro se acercara hasta el teatro Gran Rex.

"¿Por qué Clarín nos persigue? Porque, como pueden ver, nosotros tenemos como eje de la discusión la inclusión. No comprendemos las formas de otra manera y ellos pretenden hacernos tomar la sopa cuando se les antoje. ¡Ni lo sueñen! Al igual que ese maestro de nuestro tiempo, cuánto te extrañamos, Néstor (Kirchner), decimos que es preferible convencer a vencer", dijo Fernández. Durante los 20 minutos que habló, repasó sus primeros pasos en el kirchnerismo junto a Néstor Kirchner, destacó el trabajo de la Presidenta y citó, entre otros, a Juan Domingo Perón, Octavio Paz y Arturo Jauretche.

"No hay Magnetto que nos cambie, nos van a tener que matar, pero la derecha no nos va a cambiar. Nos pegan en los tobillos, nos van a tener que matar y nos vamos a seguir levantando. No nos van a hacer decir lo que quieren ni nos van a hacer agachar la cabeza. Estamos incondicionalmente al lado de Daniel Scioli y de Carlos Zannini desde el 10 de diciembre", enfatizó.

Fernández también prometió soluciones para la "inseguridad", dijo que continuará con la política de salud que implementó Scioli, que llevará la universidad a los 135 municipios, que buscará aumentar la producción industrial y que trabajará "codo a codo con los chacareros e intendentes" para lograr soluciones en el sector.

Antes, Sabbatella dijo estar "profundamente enamorado del proyecto" y aseguró que el kirchnerismo "nació para quedarse". El titular de la Afsca, resistido por la mayoría de los intendentes peronistas, también le marcó la cancha a Scioli. "Cristina deja de ser Presidenta, pero seguirá siendo la jefa", avisó el líder del Nuevo Encuentro.

A excepción de Florencio Randazzo, de viaje, Julio De Vido -que se comunicó por teléfono- y Alicia Kirchner, que envió una nota, estuvo presente el resto del gabinete. Por La Cámpora dieron el presente Eduardo De Pedro, Axel Kicillof, Mariano Recalde y Andrés Larroque. Los gremios estuvieron representados por Andrés Rodríguez (UPCN), Gerardo Martínez (Uocra), Omar Plaini (canillitas) y Víctor Santa María (Suther).

La escena final encontró a la fórmula exultante, en el centro del escenario, saltando y cantando, rodeada por jóvenes que armaron un pogo bajo la intensa lluvia de papelitos. De fondo, como era esperable para un confeso ricotero como Aníbal Fernández, se escuchaba la melodía que más le gusta: "Un ángel para tu soledad", de los Redondos.