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Un comunicado divulgado por la Secretaría de Ambiente y la Fundación Cethus reveló una incógnita: la ballena que el lunes pasado apareció en Puerto Madero fue perdida de vista por el personal de Prefectura y los especialistas que desde embarcaciones intentaron ayudarla a regresar al mar. Según informó una vocera, se la localizó por última vez a las 4.20 de la madrugada en la zona de carga del puerto de Buenos Aires, por lo se alertó a todas las embarcaciones a dar aviso en caso de ubicarla.

"A las 4.20 de hoy el grupo de especialistas integrado por personal de la Secretaría de Ambiente y de la Fundación Cethus perdió contacto visual con la ballena. Primero había estado en aguas de Puerto Madero, luego en Dársena Norte frente a Buquebus y después en la zona de carga del puerto de Buenos Aires, donde se la vio por última vez", especificó una vocera, pese a que Prefectura le confirmó a Infobae esta mañana que el animal estaba bien.

"Ayer cuando se intentaba encauzarla hacia aguas profundas, una sudestada impidió desplazar al animal, entonces se aguardó a que llegara la bajante, lo que permitiría que ella misma se ubicara en el canal de navegación. Los especialistas aguardaban en esa zona, hasta que se perdió el contacto visual", argumentaron en el escrito.

El estado de salud del cetáceo era “delicado”. Su vida corría riesgo y estaba muy estresado por lo que se barajan dos posibilidades: que haya fallecido y esté en el fondo del río o que con la sudestada ya esté encaminada hacia el mar.

Esta mañana, un guardacostas de la Prefectura, dos gomones y dos motos de agua rastrillaron las aguas del sector Cargas del puerto y, hasta ahora, continúan con el operativo. “Se ha dado aviso a todas las embarcaciones que se encuentran navegando por el Río de la Plata para que alerten sobre el avistaje del animal".

"Hay que recordar que está muy débil porque llevaba varios días sin alimentarse", advirtieron desde la Secretaría aunque especialistas aseguraron que se trataba de una ballena desnutriday que su especie no tolera por mucho tiempo el agua dulce.

El pronóstico –de boca de especialistas- nunca fue muy alentador. Si bien existía la esperanza de que lograra regresar al Atlántico por sus propios medios, el animal estaba en condiciones críticas.

Infobae habló esta mañana sobre el estado de salud del animal con Pablo Fiaramonti, especialista en avistamiento de ballenas y presidente de la Asociación de Guías Balleneros. Al respecto, explicó que muchas veces las ballenas están enfermas y se desvían porque buscan un lugar para morir. Si bien reconoció que hacer pronósticos sin ver al animal es especulación, habló por su experiencia con decenas de cetáceos en Puerto Madryn.

"Cuando las ballenas se desvían, generalmente es porque buscan morir. Me parece genial que se haya hecho lo posible por guiarla, pero creo que este animal va a morir. No quiero ser pesimista pero, por lo que vi en fotos, su estado de salud es muy delicado. Nosotros desconocemos si ya no estaba enferma (cáncer, problemas cerebrales, entre otros) y solo buscó alejarse para fallecer. Las ballenas no se pierden así porque sí", precisó sin saber sobre la desaparición repentina del animal.

Respecto a la falta de alimentación y contaminación del río, sostuvo que –en caso de estar en el río- como mucho podrá sobrevivir una semana porque no es un animal de agua dulce y eso le traía problemas de piel y ojos. "El agua está contaminada y hay mucho tránsito de barcos", detalló. "En un principio, la gente estaba preocupada por darle de comer. Si el animal llegó al Puerto sano, puede tener reservas de grasa para cuatro meses. Además con el estrés, le tiren lo que le tiren al agua, no va a tener intención alguna de alimentarse", explicó.

Fiaramonti insistió en no ser pesimista pero sí realista ya que el pronóstico del animal era "malo. Arrearla –dijo temprano- era más riesgoso para su vida porque son muy sensibles de la piel y cualquier procedimiento de ese tipo la lastimaría. "Lo mejor es orientarla con embarcaciones. Arrearla es riesgoso también para quienes lo hacen", coincidió.

A su vez, disparó: "Mi intuición me dice que es posible que se muera. Acá lo vemos muy seguido. Si vuelve a aguas abiertas, es poco probable que encuentre a su manada. Son especies solitarias. Si tiene menos de un año, necesitará de su mamá para sobrevivir. Si fuera bebé, es poco probable que la madre lo haya abandonado. Por lo poco que vi, tenía dos años", agregó. 

El especialista intentó ser claro en que "están las mejores intenciones por ayudar a la ballena, pero no hay que descartar que puede estar enferma y buscando donde morir"."Cuatrocientos metros debería haberlos hecho sola ahora que no está en el dique 4, sino en un área más abierta y de mayor profundidad", dijo aunque -aclaró- son solo hipótesis que se hacen conociendo a la especie.

La ballena jorobada había logrado llegar ayer a la dársena norte, orientada por el equipo que trabajó desde dos embarcaciones y dos motos de agua.Se trata de un ejemplar juvenil que tiene entre uno y dos años, mide unos seis metros y está desnutrido y lastimado, ya que al ser un cetáceo de agua salada no puede alimentarse en el río. Además, el agua dulce anula su visióny le lastima la piel, indicó Ambiente.

Los especialistas estiman que se separó del grupo con el que migraba desde la zona Antártica, donde se alimentan en verano, hacia las aguas de Brasil, donde la especie se reproduce. La ballena jorobada migra en otoño y puede recorrer hasta 8.000 kilómetros hacia el Archipiélago de Abrohlos, uno de los lugares de reproducción.

Se estima que la ballena jorobada vive entre 50 y 70 años y alcanza su madurez sexual entre los cuatro y los siete años, cuando supera los 12 metros de longitud. Los profesionales a cargo del operativo consultaron a ambientalistas de Mundo Marino y de diversas ONG, quienes coincidieron en que los protocolos para estos casos son los que se han seguido en el operativo: proteger al animal y acompañarlo para que por sus propios medios nade hacia el mar, aseguró la Secretaría de Ambiente en un comunicado.