Cuando Gamba cabeceó y decretó el 4-3 ante Boca, emulando las grandes definiciones del recordado Loco Marzo o el legendario Leopoldo Luque, la nostalgia de los hinchas de Unión por aquellos inolvidables tiempos, tuvo una mágica alquimia entre el pasado perfecto, el presente lleno de orgullo y un futuro esperanzador. El cuarto grito que terminó de rubricar la merecida y buscada victoria ante Boca, confirmó la tendencia del equipo de Madelón: es solidario, voluntarioso, generoso y también ambicioso. En su gama de recursos, sus fútbol no alcanza un brillo esplendoroso, pero su nobleza y extraordinaria actitud para no darse nunca por vencido, lo elevan y le permiten obtener resultados memorables.
Unión demostró que es un fiel exponente de lo que significa "el fútbol por contagio". Una jugada, un gol, una atajada, y hasta una fatalidad pueden conmover a sus hombres y sacarlos repentinamente del letargo y provocar una pelea mano a mano con quien se plante en frente. A veces con técnica y elaborada estrategia, y otras veces enredado en una riña callejera, a las piñas y sin mucha lógica, este plantel está preparado para pegar y recibir. Por eso busca el éxito sin temor al fracaso. Quiero decir que su deseo irrefutable por el triunfo no se retrae ni se deprime ante un eventual gol en contra o la posibilidad de caer en la contienda. Digamos, apelando a una acepción folklórica futbolera, que el Tate “no arruga nunca”. Es corajudo y guapo en la disputa, aún a costo de caer por un salvaje nocaut como le pasó en el Parque Independencia o en La Plata. Esta campaña muestra sus nudillos irritados de pegar y su rostro lastimado de recibir. Igual, el balance hasta aquí es altamente positivo.
El elenco rojiblanco da pelea en un torneo de categoría “peso pesado” acaparado por Boca, San Lorenzo y River. Ante todos ellos dio la talla y salió airoso del ring. Nada parece imposible para este club de la lucha constante. La gente delira con el fervor actitudinal de un elenco que tiene los “puntos suspensivos” de un futuro promisorio. Es que este Unión entiende el fútbol en todos los aspectos y su público disfruta de cada “combate”, con la sorpresa de aquel que podría esperar un poco menos, pero acepta con sumo agrado lo que estos muchachos entregan cada fin de semana, sin retacear absolutamente nada.
El sentido corporativo de este Unión, hace la fuerza. La pertenencia, el carácter y la personalidad son las respuestas convincentes de un grupo de espartanos que salen a defender orgullosos estos colores. Con dignidad no sólo se pueden perder partidos con la frente en alto y orgullosamente representados; con dignidad, sin lujos, sin ostentación ni estridencias, también se puede alcanzar el éxito... esa que en la Avenida ya asoma por "contagio".
LT10 - Columna de opinión
Miércoles 05 de Agosto de 2015 - 03:00 hs