Con un Newell’s que llega entusiasmado con lo que fue el inicio del ciclo de Lucas Bernardi, con la idea de apostar por un juego ofensivo, de control de pelota, presión alta y movilidad permanente de los receptores. Evidentemente que Nacho Scocco y Maxi Rodríguez aportan la cuota de jerarquía que puede irrumpir en cualquier momento para armar una jugada que permita quedarse con todo.
Mientras que el Canalla llega con la estrategia que pretende el Chacho Coudet aprendida de memoria. Va al frente del minuto uno al noventa y busca sumar de a tres en todas las canchas, a partir de la agresividad para recuperar y la velocidad atacar con mucha gente.
Central sabe bien a lo que juega. Su equipo suele ser sólido atrás, está afianzado el doble cinco Nery Domínguez-Damián Musto, tiene sorpresa con Jonás Aguirre y Franco Cervi y de tres cuartos en adelante están todas las fichas de la ilusión depositadas en Marco Ruben, el goleador del certamen, y el astuto César Delgado. Cómo se dice es un equipo “duro de tumbar”, aunque no es imbatible.
Hay que decir que ninguno de los dos equipos está confirmado por los entrenadores, y por ello no hay que descartar las sorpresas previas en ningún vestuario. La cuestión de los once titulares parece estar más clara del lado auriazul. Porque en Newell’s el misterio está en las tres líneas.
Tanto Bernardi como Coudet tendrán su estreno como entrenadores en el derby. Ambos brillaron como jugadores en sus respectivos clubes y tienen el respaldo de la gente. Pero hoy están en el lugar donde los resultados los pueden llenar de elogios o tapar de críticas. Y este pospartido no será la excepción. Es un hecho que ambos DT llegan con muchas ganas de ganar el clásico, pero más que nada están focalizados en todo lo que pueden seguir creciendo sus equipos. Central apuntando a seguir arriba y Newell’s buscando consolidarse en el funcionamiento y la tabla. Promesa de partidazo.
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Domingo 26 de Julio de 2015 - 14:10 hs
Se juega el clásico rosarino y la ciudad del sur está paralizada
La multitud leprosa colmará el Coloso, pero el resto de la ciudad estará pegada al televisor o con la radio en la oreja para seguir cada detalle de lo que ocurra a partir de las 15.
Fuente: La Capital