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Miércoles 05 de Octubre de 2011 - 09:58 hs

Mujica se quejó al Gobierno por frenar un acuerdo internacional

Las relaciones diplomáticas entre Uruguay y la Argentina volvieron a tensarse en las últimas horas. Esta vez, un sindicato argentino y el Ministerio de Planificación, que conduce Julio De Vido, fueron los que tiraron de la cuerda. Incluso la presión de éstos pudo más que un acuerdo internacional firmado por los presidentes Cristina Kirchner y José Mujica para la realización de obras de dragado del río Uruguay.

El llamado a licitación pública para esa obra de dragado tendría que haberse puesto en marcha hace 15 días, como lo estableció el acuerdo que sellaron el 2 de agosto pasado los presidentes de Uruguay y de la Argentina. "No es con las políticas de pecheras, no es con los reclamos airados, sino con políticas de negociación, escalón a escalón, y con paciencia infinita que se obtienen resultados", dijo en aquel momento Mujica ante Cristina Kirchner.

Pero al final, hubo "políticas de pecheras", la paciencia de Uruguay se acabó y el proceso de licitación está frenado en Buenos Aires.

Mujica se quejó ante la Cancillería argentina y envió mensajes de impaciencia a Cristina Kirchner por lo que entiende "una intromisión grave a un acuerdo internacional", según dijeron a LA NACION fuentes calificadas del gobierno uruguayo.

La "intromisión grave" a la que hizo referencia Uruguay tiene que ver con un reclamo que hizo el sindicato de Dragado y Balizamiento que conduce Juan Carlos Schmid -un aliado de Hugo Moyano- que tomó en cuenta el Ministerio de Planificación al punto de frenar el llamado a licitación internacional.

Tanto Schmid como los subsecretarios de Puertos y Vías Navegables, Ricardo Luján, y de Planificación, Roberto Baratta, objetaron el pliego de licitación para el dragado del río Uruguay y así frenaron todo el proceso.

El acuerdo firmado entre Mujica y Cristina Kirchner abarca el llamado a licitación para el dragado del canal binacional Martín García a 34 pies, con opción de profundizar a 36 pies cuando a ese calado llegue el canal argentino Mitre. Además, se acordó dragar el Río Uruguay desde el kilómetro 0 al 187,1, a 23 pies de navegación y a 25 pies de profundidad.

Pero el sindicato y el Ministerio de Planificación creen que esa convocatoria internacional encarecerá las obras y demorará el dragado que se viene haciendo hasta ahora en forma directa y sin licitación.

Schmid confirmó a LA NACION que hubo "observaciones" de su gremio al acuerdo de dragado "porque -a su entender- podría demorar las obras, encarecer los trabajos de dragado ya que se necesitarían transportar equipamientos y la profundización del río a 36 pies sólo beneficiaría a la margen uruguaya". Estas "observaciones" las planteó Schmid tanto al Ministerio de Planificación como a la Cancillería en una reunión que mantuvo con Héctor Timerman.

En el Ministerio de Planificación evitaron hablar del tema. Sólo un funcionario admitió que "hay un conflicto latente" con Uruguay por el dragado. En tanto, fuentes calificadas de la Cancillería dijeron desconocer las trabas impuestas al acuerdo internacional, aunque se excusaron por las demoras el llamado a licitación en un supuesto incumplimiento de Uruguay de girar un fondo de 300.000 dólares para la confección del concurso público. Los funcionarios consultados por LA NACION dijeron que Uruguay ya tendría que haber enviado ese fondo, como lo hizo la Argentina, a la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU) para realizar el llamado a concurso y hacer un estudio de impacto ambiental de las obras de dragado.

Los funcionarios del gobierno de Mujica desecharon de plano esa excusa "formal" por la demora y atribuyeron el enojo del presidente uruguayo a las trabas de fondo que impuso el Ministerio de Planificación y el sindicato de Dragado y Balizamiento al acuerdo internacional.

La firma de este acuerdo entre Mujica y Cristina Kirchner llegó tras un año de debates, porque los dos países no lograban ponerse de acuerdo en los términos de la profundidad del dragado y en los detalles técnicos de las obras.

"Las contradicciones entre el puerto y la ciudad van a existir siempre Por eso voy a impulsar el diálogo", dijo en 2006 el subsecretario de Puertos a LA NACION. Aquel contrapunto no desapareció. No es casual que el 2 de agosto último, cuando Mujica firmó el acuerdo internacional, señaló: "Vendremos todas las veces que haya que venir a la Argentina". Ahora hay pendiente un encuentro de Mujica con Cristina Kirchner que no se efectuará hasta los después de los comicios presidenciales del 23 de octubre.

Fuente: lanacion.com