LT10 - Juegos Olímpicos

Sábado 21 de Julio de 2012 - 13:53 hs

¿Qué puede pasar con Argentina en Londres 2012?

A pesar de haber mejorado la preparación y el desarrollo, las chances de acceder al podio son pocas, pero sí se espera mayor cantidad de diplomas y un crecimiento de las bases a futuro.

 Hace unos días, Mariano Galván, argentino de 32 años y experto montañista, hizo cumbre en el Everest, ese pico que tantos intentan tocar y pocos pueden. El ataque final a la cúspide es lo más arduo, y muchos quedan en el camino, incluso muy cerca de la cumbre. Lo cual no deja de ser meritorio.

Para el deporte argentino, Londres 2012 presentará, a priori, un panorama similiar: pocos deportistas en la cúspide, muchos en los alrededores. Los Juegos Olímpicos que tendrán su fiesta de apertura dentro de seis días darán en principio ese resultado para la delegación nacional: menos medallas y más diplomas. Es decir, menos podios y más ubicaciones entre los puestos cuarto y octavo. Dicho esto dentro de las imprecisiones que implica pronosticar algo tan cambiante y sujeto a vicisitudes.

Paradójicamente, para esta cita la Argentina cuenta con un presupuesto insólitamente grande en las últimas décadas, de 180.000.000 de pesos anuales, que maneja el Enard (ver aparte). Una cifra muy superior a la que se dedicó a Pekín 2008, cuando no existía una partida estatal específica para el alto rendimiento. Por aquel tiempo, el único dinero inyectado era el de la Secretaría de Deporte de la Nación, de unos 108.000.000, y no era exclusivo de los atletas olímpicos o proyectos de , pues mucho iba a parar al deporte social .

Más dinero, menos medallas, es la primera lectura que se puede hacer. Pero hay dos factores clave por atender. Uno es que ese ingreso de $ 180.000.000 nació hace tres años, un lapso insuficiente para cambiar radicalmente la potencialidad del deporte albiceleste, y el objetivo de la dirigencia está puesto en Río de Janeiro 2016. El otro es que, más allá de la plata, habría menos podios por razones meramente deportivas: no acudirá el fútbol masculino, campeón en Atenas 2004 y Pekín 2008 pero no clasificado para Londres; la prueba (Madison) en la que Walter Pérez consiguió la medalla dorada junto al hoy retirado Juan Curuchet fue excluida del programa olímpico; la Generación Dorada lucha contra la edad y la ausencia de un hombre clave, Fabricio Oberto; dejaron la actividad Carlos Espínola (cuatro medallas de 1996 a 2008) y su compañero en China, Santiago Lange... Hay bajas también en las Leonas: Soledad García (desafectada), Mercedes Margalot (lesionada) y Magdalena Aicega, Maripi Hernández, Alejandra Gulla, Claudia Burkart, Mariné Russo y Mariana González Oliva, que cerraron sus pasos por el conjunto nacional.

Aun así, el del hockey femenino sobre césped es el plantel que más esperanza genera. La única posibilidad cierta, firme, de victoria olímpica en estos Juegos, sustentada en el título mundial de 2010 y en el del Champions Trophy de 2012, ambos conseguidos en Rosario. El dorado es el único color que falta entre las medallas olímpicas de una disciplina que en mujeres ha recogido mucha gloria en los últimos 12 años. Holanda, siempre temible, y Alemania aparecen como los mayores obstáculos para un grupo que, por cierto, mostrará una gran renovación y muchas jóvenes.

Fuera de las Leonas, las perspectivas son menos "seguras", si es que cabe el término. Tras las chicas del hockey surge Julio Alsogaray, que actuará en la clase Laser de yachting. El oriundo de San Pedro, de 31 años, está 2º en el ranking mundial, triunfó en los Juegos Panamericanos de 2011 y se nota más maduro que en Pekín, donde lo traicionaron los nervios. Sin embargo, dice que apunta a quedar entre los siete primeros, las condiciones de navegación son a veces imprevisibles y se enfrentará con nada menos que 48 competidores.

Sólo ellos, Leonas y Alsogaray, son grandes postulantes a podios. Hay varios buenos candidatos que pueden hacer exhibir la bandera nacional en premiaciones, pero que, en la lógica, están más como para diplomas. Paula Pareto es un caso: se ubica 5» en el ranking y también se coronó en Guadalajara, pero este listón estará más alto y produce dudas una lesión cervical aparentemente resuelta. Parecida es la situación de Cecilia Biagioli, 5» del planeta en aguas abiertas y vencedora en México, aunque con la desventaja de tener que nadar ahora a 21°, unos 3 menos que la temperatura en la que más cómoda se siente. Otro campeón de los Panamericanos con positiva perspectiva es el taekwondista Sebastián Crismanich, que muestra una mentalidad arrolladora, enorme confianza con miras a Londres.

Hay muchos más que estarán a la expectativa, cerca, con diplomas casi seguros. El seleccionado de básquetbol, ganador de oro y bronce en Juegos recientes, aún tiene algunos cartuchos por disparar y su mística y su fortaleza anímica potenciarán características técnicas y físicas inferiores a las de sus más calificados rivales. Una disciplina que puede dar mucho o nada es el tenis; Juan Martín del Potro puede llegar lejos en singles y en el dobles mixto con Gisela Dulko, que a su vez intentará algo grande junto a Paola Suárez.

Del voleibol (masculino) se puede esperar un sitio entre los ocho mejores, pero no se descarta un zarpazo que reporte algo más. Otros consistentes postulantes a diplomas son el boxeador Yamil Peralta (hasta 91 kilos), el handball (masculino), el hockey de varones, el bote de Ariel Suárez-Cristian Rosso (doble par) y más velistas: Cecilia Carranza Saroli (Laser Radial), Lucas Calabrese-Juan de la Fuente (470) y María Fernanda Sesto-Consuelo Monsegur (470).

Por supuesto, siempre queda la posibilidad de las sorpresas, y habrá que estar atentos al gimnasta Federico Molinari (anillas) y la luchadora Patricia Bermúdez (hasta 48 kilos), entre otros. Nunca se sabe por dónde viene el disparo: hace cuatro años irrumpieron Pareto con su tercer puesto y Curuchet-Pérez con su éxito.

En Atenas 2004 la Argentina consiguió siete diplomas; en Pekín 2008, cuatro. Ahora, bien pueden ser muchos más, tal vez unos 15. En Grecia y en China el resultado fue de seis medallas (dos doradas, cuatro de bronce); esta vez habría menos. Aunque nunca se sabe.

Más dinero no significa resultados en el corto plazo. Londres 2012 podrá esperar, salvo que la garra argentina haga maravillas una vez más.