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Las autoridades galas aseguran que existe una "buena" relación bilateral entre Argentina y Francia, sin embargo, advierten que la región puede dejar de ser rentable si no se garantiza la seguridad jurídica de las inversiones. En este sentido, la estatización de las acciones de la petrolera española Repsol en YPF, en abril pasado, impactó negativamente.

La Argentina es el tercer destino comercial de Francia en la región, después de Brasil y México. El intercambio entre ambos países alcanzó los 1.000 millones de euros en 2011. El puesto argentino, de todas formas, no parece ser definitivo, ya que Colombia experimentó en el mismo período un crecimiento exponencial. De hecho, en poco tiempo más, podría saltar del cuarto al tercer lugar.

Si bien la cooperación científica franco-argentina es la más fuerte de la zona, las dudas se imponen cuando se trata de negocios. Las empresas galas comenzaron a expresar sus quejas respecto a algunas medidas del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.

La principal duda reside en la seguridad económica. Compañías como la aerolínea Air France, por ejemplo, reportaron a las autoridades de su país dificultades para la convertibilidad de sus utilidades. Venden una gran cantidad de pasajes en pesos argentinos (hay un vuelo diario Buenos Aires-París y siempre va completo) pero el éxito comercial deja de tener gran sentido si ese dinero no llega al territorio galo en divisas.

“En el ámbito de los negocios, todos se conocen y se pasan la voz”, advierten autoridades del gobierno francés. Para ilustrar la preocupación, apuntan que las entidades bancarias ya no tienen representación en Argentina, lo que en el mundo financiero supone “falta de confianza”.

Si bien las relaciones comerciales con Brasil son las más importantes de la zona (de hecho, es el primer destino de las inversiones francesas entre todos los BRICS -Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica-) ello no significa que sea un buen puerto de entrada para Sudamérica. En este sentido, afirman, bien vale el ejemplo de la empresa de neumáticos Michelin, que instaló una planta de producción en Brasil pero tiene problemas para reexportar a la Argentina.

A las “barreras proteccionistas”, se suman los litigios en el CIADI interpuestos por empresas francesas como la petrolera Total; el grupo que controlaba Aguas Argentinas, Suez, y la eléctrica EDF.

Aún así, el flamante gobierno de François Hollande no descarta la profundización de los vínculos bilaterales. Francia apuesta a seducir desde la nueva administración socialista a Fernández de Kirchner.

En los pocos días que llevan en el poder, ya facilitaron dos contactos de alto nivel e, incluso, ambos mandatarios concretaron una entrevista durante la última Cumbre del G20 en Los Cabos, México.

El objetivo es replicar en los negocios el éxito de la cooperación en otros sectores, como el científico o el cultural.

A diferencia de la gestión de Nicolas Sarkozy, la nueva administración asegura que Sudamérica sí es una prioridad en sus relaciones internacionales. Los lazos históricos del Partido Socialista con la región son la primera señal. Sin embargo, persisten las dudas en materia económica.