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Lunes 04 de Junio de 2012 - 09:51 hs

Un alumno de Rafaela de 12 años golpeó a dos maestras

El episodio se produjo en la Escuela "Lisandro de la Torre", incluso con denuncia policial de por medio. Esta clase de episodios se estarían reiterando, generando gran preocupación en el ámbito educativo.

Se conoció que en los últimos días, un alumno de 12 años golpeó a personal docente de la institución educativa ubicada en barrio Italia. Fue en el recreo cuando una maestra recibió golpes en brazos y piernas, corriendo la misma suerte otra integrante del plantel escolar cuando el adolescente fue trasladado a un aula. La denuncia correspondiente fue hecha en la Comisaría, lo cual corroboraría la verosimilitud del hecho. Pero también trascendió de boca de algunos docentes que el caso no sería el único ya que son moneda corriente las agresiones físicas y verbales por parte de educandos y padres hacia los educadores.

Escupitajos, insultos de todo tipo, golpes; son los padecimientos que deben soportar las maestras de la institución a la hora de tratar de llevar adelante su trabajo. Algo que hasta algunos ven con cierta naturalidad que estas cosas pasen, pero que otros manifiestan preocupación y temor.

Lo sorprendente, además, es la inacción o ineficiencia por parte del Ministerio de Educación y la Regional ante la reiteración de casos de violencia. Ya que antes que ocurra un hecho de esta naturaleza siempre hay otros acontecimientos que anticipan lo sucedido. Y que en el caso de tomarse medidas preventivas y determinantes se podrían evitar situaciones como la relatada. Por ende, o no se actuó como corresponde o las acciones que se vienen realizando no son las suficientemente contundentes como para parar esta ola de agresiones. Sobre todo teniendo en cuenta que generalmente se trata de las mismas situaciones repetidas por las mismas personas.

Además de la desazón interior de quienes son víctimas de estos hechos repudiables, impera en la docencia la sensación de desprotección absoluta en el horario de trabajo y la impotencia de no poder hacer nada dado las presiones que existen desde las instituciones para que estos hechos no trasciendan a la prensa. Por miedo a tener problemas laborales, a recibir alguna sanción disciplinaria o porque entienden que nada va a cambiar; es que muchos maestros prefieren llamarse al silencio antes que hablar de los padecimientos que deben enfrentar a la hora de enseñar.

Nadie puede negar que más allá del caso puntual ocurrido en la escuela "Lisandro de La Torre", la agresión a docentes en la ciudad es mucho más común que la que se intenta dar a conocer. Son decenas de trabajadores los que diariamente ven vulnerados sus derechos y ponen en riesgo su integridad física y psicológica tratando de enseñar en las aulas. Pero no sólo no se le ha podido encontrar la vuelta desde el Ministerio de Educación al tema sino que además hay una clara política desde el Estado provincial de tapar y negar estos hechos. Una política de presión sobre los educadores para que soporten situaciones para las cuales no están preparados. Un ejemplo de ello es una de las notas enviada por un supervisor a un director de una escuela de nuestra ciudad hace meses en donde se le solicita que si hay “alumnos con armas y/o agresión física a compañeros o alumnos, no hacer participar a la policía en el interior de las escuelas ni hacer la denuncia”, sugiriéndole avisar de esto al supervisor que a la vez debería trasladarlo al equipo socioeducativo. Un protocolo que en el caso de estar vigente pone en riesgo la salud de quienes habitan cualquier institución educativa.

¿Alguien se pregunta por qué hay escuelas que no consiguen docentes? ¿Por qué tuvieron que salir a cubrir esos cargos alumnos del terciario que no están recibidos? ¿Qué sucede que hay tantos educadores con problemas psicológicos? ¿A qué se debe que muchos se encuentren medicados? ¿Cuál es la verdadera causa de las licencias médicas que se acumulan a diario? ¿A alguien le importa? Los docentes necesitan un respaldo estatal que los proteja, que les garantice su integridad física y psicológica a la hora de educar. Y por ahora, eso no existe.

Fuente: la opinion de rafaela