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Olvidensé, no va a haber nada raro”. Coloquial, casi intimista, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner descartó ayer medidas inminentes sobre el tipo de cambio y enfatizó la “previsibilidad” de su Gobierno, durante una reunión con diputados nacionales, bonaerenses y porteños realizada en el que fuera el despacho de Néstor Kirchner en el Congreso.

Allí, la jefa de Estado consideró que “hay gente que está empeñada en hablar mal de la Argentina” y señaló: “Hoy leía que decían que el viceministro de Economía (Axel Kicillof) piensa en cuatro, cinco, treinta tipos de cambio. ¿Realmente hay gente que puede creer esto? Esta Argentina y esta Presidenta, que es la que toma las decisiones, es absolutamente responsable y previsible”.

Aludió así a una nota publicada por El Cronista en su edición de ayer, consignando un informe del centro de estudios que preside el funcionario. “Esta Presidenta es absolutamente responsable y previsible. Olvidensé, no va a haber nada raro. Ningún shock de ningún tipo. No nos gustan los shocks a los argentinos. Ya vivimos demasiados”, agregó.
Además, la mandataria corrigió el número del superávit comercial de los primeros cuatro meses del año, que se ubicó en 4.795 millones de dólares (800 millones más que los anunciados originalmente); y habló de una cadena de correos electrónicos que circuló advirtiendo sobre un nuevo corralito financiero. “Seamos sensatos. Han dicho 20 millones de cosas. No creamos en la primera cosa que leemos o el primer mail que nos mandan”, pidió.

La escuchaban atentamente los referentes de su bloque de diputados nacionales y un grupo de jóvenes de la Federación de Estudiantes Universitarios, en el marco de la inauguración de la Sala de la Juventud Néstor Kirchner en las oficinas 313 y 338 de la Cámara de Diputados. Ese espacio, que fue remodelado íntegramente por el ex presidente cuando asumió su banca, alberga ahora una gran mesa, rodeada de cuadros y fotos en los que se ve a Kirchner con Cristina, con presidentes de la región y con las Madres de Plaza de Mayo.

“Debe haber venido dos o tres veces, no debe haber venido más acá, ¿no?”, reconoció la jefa de Estado sobre el mandato del patagónico como legislador nacional. Y efectivamente, Kirchner solo estuvo tres veces en la Cámara cuando era diputado. Una cuando asumió, otra para votar a favor del matrimonio igualitario, y la tercera para asistir al discurso de apertura de sesiones de la Presidenta, en 2010.

En el pasillo de ingreso al despacho, una gigantografía destacaba una nota periodística muy crítica del discurso que dio Kirchner cuando Carlos Menem anunció que se bajaba del ballotage, en 2003. Al pasar por delante del cartel, la Presidenta se detuvo algunos minutos para leerlo. La nota pedía la cesantía del autor del discurso del ex presidente. “La que hizo ese discurso fui yo”, reconoció ayer la mandataria. “No me echó, por suerte. Ni él ni el pueblo”, agregó.

Además, les señaló a los estudiantes que participaron del acto que son los “responsables de los momentos que vienen” porque “en algún momento habrá que pasar la posta”. “La nueva sangre tiene que correr en el país, en el movimiento”, pidió la mandataria, antes de cerrar con una arenga: “¡Basta de mala onda y a laburar todos por Argentina!”.