Gastón Hernández tenía 34 años. Había empezado a trabajar en La Pasiva hacía tres meses. Tenía cinco hijos, las más chicas eran unas mellizas de ocho meses. En la madrugada del sábado 13 de mayo, murió detrás del mostrador del local. Las cámaras de seguridad captaron cada detalle del violento asalto.
El local estaba prácticamente vacío, era tarde y el tiempo no era bueno. A la 1 de la madrugada entraron dos jóvenes. Uno llevaba un gorro de color rojo, el otro, uno verde. El primero pidió una Coca Cola y se quedó apoyando una mano en el mostrador. Llevaba una pequeña cartera colgando en bandolera. "De repente metió la mano en la carterita y sacó un revólver", contó a El País de Uruguay Ramón Olivera, el encargado diurno de La Pasiva.
Gastón se inclinó para tomar la botella. La puso en el mostrador y, cuando levantó la vista, se encontró con el supuesto cliente que empuñaba un arma. Le disparó sorpresivamente. Saltó la barra y se metió en el local. El del gorro verde se llevó la recaudación de la jornada. Rápido pasó todo, tan rápido como huyeron de la pizzería. Afuera los esperaba un tercer delincuente.
En las redes sociales surgieron convocatorias a expresiones de protesta y de reclamo al Gobierno por inseguridad.
"Esto era algo de lo que hablábamos todo el tiempo con Gastón. Sabíamos que podía pasar, que en cualquier momento lo podían robar, todos sabemos lo bravo que es trabajar de noche. Pero, por otro lado, tampoco me lo esperaba", declaró Paola, la mujer de Gastón. "Ahora ni siquiera puedo juntar tres pensamientos, discúlpeme", dijo para El Observador.
Lunes 14 de Mayo de 2012 - 16:01 hs
Uruguay marcha contra un crimen brutal en Montevideo
Fue en la pizzería La Pasiva de Montevideo. Dos jóvenes pidieron una bebida y cuando el pizzero puso la botella en el mostrador recibió un disparo en el pecho. También habrá un apagón para exigir seguridad. Vea el video.