La escena parrillera parece estar cambiando en Rosario. La clásica disputa entre asado y vacío sumó un nuevo capítulo: el avance de cortes más económicos que empiezan a reemplazar a los tradicionales imprescindibles de la mesa argentina. Los precios –que no paran de escalar– obligan a modificar hábitos y a mirar con nuevos ojos opciones que antes eran secundarias en la carnicería.
En diálogo con un medio rosarino, el presidente de la Sociedad de Carniceros de Rosario, Juan Ramos, confirmó este viraje y apuntó que el bolsillo es hoy el principal factor que direcciona las compras. “Hoy el vacío y el asado de costilla están cerca de los 20 mil pesos, dependiendo de la calidad”, dijo, y agregó que la apertura de exportaciones aceleró las subas: “Se ha producido un desfasaje muy importante entre lo que la gente tiene en el bolsillo y los precios que están subiendo”.
Según Ramos, en este escenario aparecen cortes sustitutos que ganaron terreno, y entre ellos se destaca la tapa de asado, un corte que proviene de la parte baja del pecho del animal. Pero no es la única opción. “El consumidor también elige la cima, la marucha y la tapa de nalga, que rondan los 13 o 14 mil pesos el kilo”, detalló. Y fue contundente: “El poder adquisitivo va delante de todo”.
El carnicero rosarino también señaló cambios culturales en la demanda. Recordó que hace tres décadas el mostrador giraba casi exclusivamente alrededor de la carne vacuna, mientras que hoy el pollo y el cerdo ocupan un espacio creciente.
Otro corte que se incorporó a la rutina argentina es la picaña, popularizada por la influencia brasileña. “Lo copiamos de los brasileños, en el sentido de que lo deshuesan, porque la carne de allá es más fibrosa”, explicó Ramos.
A las transformaciones del mercado se suma la mirada de los especialistas en la parrilla. El formoseño Héctor Germán Caballero, ganador del Campeonato Federal del Asado, recomendó una cocción estilo brisket para la tapa de asado: “Una cocción larga, prolongada, tirando a un brisket y con sabor ahumado”, señaló. Y sobre el punto ideal, aclaró una preferencia nacional: “Por cuestiones de gustos, en la Argentina el corte tiene que ser cocido. Pero el punto exacto de una tapa de asado para disfrutarla es jugosa o a punto”.
En Rosario, donde el precio se impone como criterio decisivo, la tapa de asado aparece como la nueva protagonista de las parrillas familiares, desplazando poco a poco al vacío que hoy se hace difícil de pagar.