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Desde que hace una semana Cristina anunció al país la expropiación de YPF, los mercados paralelos de dólar se recalentaron. El billete blue, que se negocia en las cuevas del mercado negro, se disparó de entonces a la fecha 20 centavos o su equivalente de 4,05% y quebró por primera vez en la historia los $ 5 al día siguiente de la noticia. Ayer, puntualmente, trepó ocho centavos para cerrar en $ 5,08 para la compra y $ 5,13 para la venta, ampliando a 70 centavos la brecha con el precio oficial. Previo a la decisión del Gobierno de quedarse con el 51% de la empresa más grande de la Argentina, este tipo de cambio se transaba en $ 4,93 para la venta.

Si bien estos últimos días fueron muy movidos en este circuito, el mercado informal ya había tomado un impulso considerable a partir de octubre. Fue a finales de ese mes cuando comenzaron a aplicarse un cúmulo de medidas (vigentes hasta hoy) en lo que sería el principio de un ciclo oficial restrictivo para la compra de dólares de los argentinos. En aquel momento, el valor del dólar negro amagó a cerrar en los $ 5, pero enseguida, el ahora superpoderoso secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, activó y desparramó sus temidas amenazas por el microcentro porteño. Acto seguido: su precio había bajado automáticamente a $ 4,8. En el mercado no tienen la certeza de que esto pueda volver a ocurrir, pero tampoco lo descartan. “En realidad todos los segmentos están intervenidos.
Siempre existen llamados oficiales que de alguna manera presionan al mercado. Y si el Gobierno quiere, puede reanudar las inspecciones, pero al tiempo, con los controles que hay, los precios paralelos naturalmente subirán en algún momento”, relataba un operador a El Cronista.

En donde también se sintió incertidumbre fue en el contado con liquidación –mecanismo que se utiliza para fugar fondos sin pasar por el mercado formal de cambios– que pegó un salto la semana pasada hasta $ 5,63 (llegó a tocar $ 5,7). No obstante, el viernes pasado, por orden oficial descendió hasta los $ 5,5 y de ahí todavía no se movió. Algunos especulan que parte de estas operaciones frenadas, pasaron a las cuevas. Si bien estos dos mercados no mueven el volumen de negocios del circuito formal, desde Olivos siempre los vigilan de cerca porque son termómetro de las expectativas “reales” de devaluación del público. Lo preocupante hoy es que la brecha entre los valores paralelos y el oficial es cada vez más amplia. Entretanto, en el mercado oficial mayorista, ayer los negocios se reanudaron, después de que su volumen caiga abruptamente a la mitad durante la semana pasada, tras la noticia de YPF. Pero buena parte se debió a una jugada del Banco Central (BCRA). La autoridad monetaria volvió a utilizar un infalible: el mercado de futuros de dólar. La mesa oficial intervino de manera agresiva en los fowards, colocando posturas por bloques de a u$s 100 millones para todos los contratos con plazos hasta octubre. La estrategia: ofrecer contratos baratos o a precios atractivos en futuros, y de esta manera, deslizar la demanda del contado hacia plazos más largos e impulsar ventas en el spot. La acción dio resultados: el volumen en el spot volvió a ubicarse en los niveles previos al anuncio de la estatización de la petrolera y el Central consiguió comprar alrededor de u$s 70 millones –después de una ausencia en las ruedas pasadas–. En concreto, se negociaron u$s 499 millones –u$s 232 millones correspondieron al MAE y u$s 267 millones en el MEC–. Así, el tipo de cambio subió de $ 4,4090 hasta $ 4,4110 para la venta. En el mercado minorista, el billete al público escaló un centavo a $ 4,38 y $ 4,43 para la compra y venta, respectivamente.