El caso del pato Juan, un ave criolla que se convirtió en ícono del centro mendocino, sumó un nuevo capítulo. Luego de que la Municipalidad de la Ciudad de Mendoza obligara a su dueña a retirarlo tras una denuncia por supuesta agresividad, el abogado Oscar Mellado presentó un recurso para que el animal pueda volver al lugar donde vivía y trabajaba junto a su dueña, Margarita Flores, dueña de una florería en avenida San Martín.
En diálogo con LT10, Mellado aseguró: “Lo trajeron muy chiquito, recién nacido, creció, se ambientó, se familiarizó. Es una mascota más. La gente creó un vínculo muy afectuoso con él a tal punto que hay más de 8.000 firmas en pocos días. Es una cosa nunca vista”.
Según explicó, la Municipalidad hizo cumplir una ordenanza de 1990 para justificar su decisión. “La intimaron a Margarita a que lo retirara, ella se lo llevó a su casa en Maipú y lo tuvo que poner en una jaula para protegerlo de los perros. Pero el pato está sufriendo. Cada vez que ella se viene a la florería, el pato llora, grita. Está muy mal”, contó Mellado.
Sobre la denuncia que originó la polémica, fue tajante: “Mentira. Ha estado siete meses ahí y no atacó a nadie. Lo que pasa es que hay gente odiosa, pero nada que ver. Es un pato doméstico, no muerde”, ironizó.
El letrado presentó un recurso revocatorio ante la comuna y pidió que se considere la restitución del pato a su hábitat afectivo. “Cuando digo hábitat, la gente no puede creer, pero es el hábitat familiar. Estamos hablando de una familia interespecie. Y sí, el pato tiene derechos. Está probado científicamente que tiene conciencia, que tiene emociones. No es una cosa, como aún sostiene el Código Civil”, argumentó.
Mellado no descarta una vía judicial si la Municipalidad no da lugar al pedido: “Estamos transitando la etapa administrativa, pero si no hay respuesta, se puede escalar hasta el gobernador y luego a la Justicia”.
Finalmente, reflexionó sobre el impacto del caso: “Me volvieron loco los medios. Un colega me dijo algo que creo que es cierto: pasan tantas cosas feas en el país, que cuando surge algo amoroso, afectivo, la gente se vuelca. Es sociológico”.
Mientras tanto, Juan sigue lejos de las veredas del centro mendocino que solía recorrer con calma. Y su historia, por insólita que parezca, suma adhesiones cada día.