En la cocina cotidiana, muchas personas intentan reducir el uso de grasas sin perder sabor ni textura en sus platos. Frente a la duda de qué usar —aceite vegetal, fritolín o manteca—, la respuesta está en conocer las propiedades y efectos de cada uno sobre el organismo.
Los especialistas en nutrición coinciden: el aceite de oliva extra virgen es la opción más saludable. Con entre un 70% y 80% de ácido oleico —una grasa monoinsaturada que protege el corazón— y un bajo contenido de grasas saturadas (alrededor del 10%), este aceite aporta antioxidantes naturales y propiedades antiinflamatorias. Es ideal tanto para cocinar como para consumir en crudo, por ejemplo en ensaladas.
Por el contrario, la manteca contiene más del 70% de grasas saturadas. Este tipo de grasas incrementa el colesterol LDL (colesterol malo) y eleva el riesgo de enfermedades cardiovasculares si se consume de manera habitual. Si bien su uso ocasional no representa un problema grave, lo recomendable es evitarla en preparaciones diarias, especialmente en personas con antecedentes cardíacos.
El aceite en spray (conocido como fritolín) gana terreno en muchas cocinas porque permite controlar mejor las cantidades. Al generar una película fina y uniforme, se reduce notablemente el aporte calórico y graso, sin comprometer el sabor ni la cocción de los alimentos. Es una buena opción para quienes buscan practicidad y control de porciones.
En conclusión, el aceite de oliva extra virgen es la mejor alternativa por su aporte saludable, pero el spray puede ser un buen complemento. La clave está en elegir opciones conscientes, balanceadas y adaptadas a las necesidades de cada persona.